La gala

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Se preguntarán ¿Por qué rayos a mi madre le surgen galas de la nada? Bueno les explico.

Mi madre trabaja en una de las compañías más importantes de España, obviamente no es la dueña pero es la encargada de las relaciones públicas y es por eso que tiene que ir. Estás galas son de la fundación "Niños contra el cáncer" que tiene dicha empresa y pues mi madre ya está acostumbrada a que surjan así sin aviso.

Dejemos todo eso atrás y sigamos con mi historia.

*

Subí casi corriendo a mi habitación, mi madre llaga prisa así que tendré que hacer lo mejor posible para verme bien.

Comencé a buscar entre los vestidos de noche pero casi todos eran sin mangas, y yo no quería llevar uno así por las cortadas de mis brazos.

Hasta que por fin encontré uno que me encantó, la verdad no  sé cómo explicarlo así que era más o menos asi :

No recogí mi cabello solo lo ondule y me hice un minúsculo maquillaje, a los pocos minutos mi madre llamo a mí puerta

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No recogí mi cabello solo lo ondule y me hice un minúsculo maquillaje, a los pocos minutos mi madre llamo a mí puerta.

-Elisa hija apúrate ¿Ya estás lista?-. Preguntó ansiosa.

-Ya madre-. Salí de mi cuarto y ví a mi mamá se veía tan hermosa.

-¿Nos vamos? Isaac nos va a llevar-.

¿Espera quien?

Bueno creo aún no lo saben pero Isaac es nuestro vecino, ese que me ayudó a bajar la escalera de emergencia.

-¿Y por qué el?-. Dije enarcando una ceja.

-Elisa no empieces, el nos va a llevar porque es con el único vecino que me llevo bien y además tiene auto-. Dijo llegando a la puerta de Isaac.

Mi madre llamo varias veces a la puerta hasta que el salió, el estaba vestido casual, lo bueno era que solo nos dejaría y nos recogería, no nos acompañará dentro.

-Hola vecina-. Dijo al ver a mi mamá. -Ah! Y hola de nuevo Elisa-. Dijo haciendo un minúsculo guiñó de ojo.

-¿Nos vamos?-. Preguntó mi mamá e Isaac salió de su departamento.

Caminamos hacia el ascensor y este estaba fuera de servicio, tuvimos que usar las escaleras.

Al bajar por las escaleras yo iba tras mi madre y junto a mi vecino, este puso su mano derecha en mi espalda baja caminado conmigo.

La verdad si hubiese sido otra persona quien me pusiera la mano ahí me hubiera quitado, pero era el mi vecino bastante apuesto, y que hiciera eso no me ponía para nada incómoda, es más me hizo sonrojar un poco.

Llegamos a su auto y nos dirigimos a la gala, cuando llegamos nos bajamos en un salón bastante elegante.

-Gracias por traerme-. Dijo mi madre despidiéndose.

LA AMANTE DEL DIABLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora