-¿Q-que haces aquí?-. Balbucee al ver al hombre bien vestido acomodado en mi cama.
-Pff, ¿Qué es lo que parece?-. Dijo enarcando una ceja y mostrándome una sonrisa seductora.
-¿No tienes algo mejor que hacer que estar atormentando a una adolescente?-. Dije fastidia sentandome en el sofá, a lo que el se paró de un brinco de la cama y se dirigía hacia mi.
-¿Que si tengo?, Niña soy el diablo, claro que tengo cosas mejores que hacer, pero sabes... -. Dijo retirando un mechón de mi cara y acercandose a mi. -Yo nunca olvido tratos-. Murmuró en mi oído.
-¿Ahora?, Bien-. Dije rendida mientras desabotonaba mi camisa.
-Demonios, basta niña, ¿No lo puedes hacer un poco más interesante?, Da igual, ahora no... No así -. Dijo sentandose en mi cama.
-¿Así como?-. Pregunté extrañada.
-Pues así, tu tan decidida y sin temerme, le quitas lo divertido-. Rodó los ojos. -Total ya habrá más de una vez para hacerlo-. Dijo golpeando sus piernas y levantadose de mi cama.
Al oír el "más de una vez" que salió de su boca, quedé atónita, ¿A qué se refería?
-¿Cómo que más de una ves?-. Me atreví a preguntar, el solo me miró y sonrió divertido.
-Ja, apoco creeias que que sería una sola vez-. Dijo inclinándose hacia mi hablandome como si fuera una bebé. -Que, ¿No creerás eso o si?, No sería justo, verás... Tu, a ti te van a dejar de molestar toda tu vida, no solo un día, serás triunfadora toda tu vida, no solo un día, y tú ¿Pretendes que me acueste contigo solo un día?-. Rió-. ¿Ahora ves mi punto?.
-Pero ese no era el trato-. Murmuré y pude notar su cara de disgusto.
-¿Qué?-. Dijo molesto.
-T-teniamos un trato-. Tartamudee y el se enfadó más.
¿Por qué cada que trataba de hablar con el las palabras no salen? ¿Será qué soy dislexica?
-¡Aquí los tratos se hacen como yo digo!-. Grito haciendome retroceder e intimidadome. -¿Crees que una simple niña va a manipularme? Soy Lucifer, el Rey de las Tinieblas ¿Crees que haré lo que tú quieras?-. Me miraba custionante y prepotente. -Estos mortales de verdad necesitan irse directo al infierno-. Dijo mientras se sentaba sobre la cama.
En ese momento sentí que la piel se me puso de gallina, empecé a temblar, tenía miedo no se que me pueda hacer, hice enojar... Al diablo.
Jugaba con mis manos en mi regazo, nerviosa y temerosa, y el solo estaba sentado en la cama con sus codos en sus piernas y con sus manos rodeaba su nuca.
Hizo un sonido, una especie de risa victoriosa. -Justamente así-. Sonrió de lado.
-¿A-asi como?-. Mis palabras parecían ahogadas, no salían sin que yo hiciera presión en mi garganta, tenía miedo mucho en realidad.
-Asi... Mírate, me temés y eso me exita-. Se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia mi. -Me prendes Elisa-. Dijo en susurró.
Comencé a temblar y no de miedo, ahora estaba nerviosa, ya no estaba tan decidida a como lo estaba unos momentos atrás.
Este comenzó a besar mi mano y levantó su mirada para ver lo nerviosa que estaba, comenzó a hacer un camino de besos por mi brazo hasta llegar a mi cuello dónde sus labios húmedos se estamparon mientras besaba, lamía y chupaba mi cuello, yo solo me recargue en el respaldo del sofá y con mis manos apretaba mi falda, por alguna razón, que obviamente tenía que ver con el... Lo estaba disfrutando.
ESTÁS LEYENDO
LA AMANTE DEL DIABLO
FantasyElisa es una chica que ha sufrido de abusos en la escuela y ya no puede soportarlo más. Una noche de invierno Elisa se encontraba mirando su computador después de un día de molestos comentarios en su escuela. Ella está indagando por el internet tr...