¿Qué apostamos? -OffGun-

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Off y Gun estaban felices. Al despedirse el día del acuario en el portal del más pequeño pudieron sentir, con el casto beso que se dieron de despedida, lo que la gente solía llamar 'felicidad'. En ese momento supieron exactamente lo que era, los dos se sintieron como flotando entre nubes teniendo la sensación de que podrían tirarse de cualquier acantilado y no les pasaría nada pues echarían a volar.

Ambos estaban juntos. Lo sabían, no hacía falta formalizarlo con ningún tipo de declaración o pedida para que lo sintieran como lo que es. Los besos y cariños que se daban cuando nadie los veía eran la prueba viviente de que ahí había algo mucho más grande que cualquier otra cosa. Porque Gun no necesitaba que Off le dijera que quería estar con él porque ya se lo había demostrado y Off no necesitaba pedírselo porque sabía perfectamente cuál sería la respuesta del menor. Los títulos innecesarios no iban con ninguno de ellos, eran muchas cosas como para solo etiquetarse en una, a nadie más salvo a ellos les debía importar lo que fueran.

El nuevo trimestre había empezado fuerte, sobre todo la primera semana. Con clases muy importantes en las que debían prestar la máxima atención posible. Se acabaron las vacaciones, las fiestas, las salidas, la música, la relajación... Todo eso había llegado a su fin, para drama de muchos estudiantes que aún querrían poder disfrutar de más días libres. Los muchachos solo se veían en ciertas horas libres o cuando iban al gimnasio y luego se iban juntos por el mismo camino a sus casas. Normalmente se trataban como siempre, salvo que ahora solían quedarse embobados mirándose mutuamente hasta que alguno soltaba una sonrisilla nerviosa y se reía mientras soltaba una broma para romper el ambiente.

Ninguno de los amigos de ambos se había dado cuenta del cambio de actitudes que habían experimentado. Era poco notable y se tenía que tener una mente muy observadora para darse cuenta, pero era lo suficientemente obvio como para que cualquiera que se les acercara un poco a cualquiera de los dos pudiera notarlo.

La campana sonó dando por finalizada la primera parte de las clases de la mañana. Los estudiantes salieron en masa clamando por libertad hacia el exterior del recinto, sentándose en las mesas y bancos que tenían a su alcance preparados para comer su almuerzo. Como siempre, Gun se alejó de la multitud acabando en ese banco entre árboles en el que había conocido a Off.

Antes, se hubiera sentado y habría comido sin esperar un solo segundo, aprovechando al máximo su tiempo de soledad voluntaria. Sin embargo, las cosas ahora eran diferentes. Habían cambiado mucho desde las vacaciones y ahora no se dedicaba a ignorar al resto del mundo para centrarse en su comida, ahora siempre esperaba.

Esperaba a alguien.

Que ese día, por el motivo que fuera, llegaba más tarde de lo habitual.

...

Toy y Oab habían organizado una reunión de emergencia en una de sus facultades. Estaban demasiado preocupados por su colega Gun. Ya no quedaban como antes, ya casi no lo encontraban en casa, y pocas veces se dignaba a ir a visitarlos en los tiempos libres entre clases. Incluso había llegado a tardar en contestar sus mensajes aun estando en línea. ¿Por qué tardaba en contestar? Antes nunca lo hacía: contestaba nada más leerlo, qué era lo que se suponía que había cambiado.

—¿Qué crees que le pasa? Ni nos contesta las llamadas.

Oab miró a su compañero e hizo un movimiento con los hombros negando con la cabeza. Conocía a Gun desde que eran pequeños y nunca los había ignorado de esa manera. Él sabía que su amigo era del tipo de personas que cuando quieren estar a solas no había nada que se lo impidiese. Usualmente era él el que atosigaba a Gun y se ganaba una reprimenda de Toy por hacerlo, pero esta vez era completamente a la inversa.