One [Camren/Camriana Fanfiction]

Primer capítulo

Una brisa fría inundó la habitación por completo. Sin pensar, con su mano, Camila buscó el cuerpo de Ariana para crear calor entre las dos. Sintió sus dedos hundirse en la piel desnuda de su espalda.

“Debes levantarte ya,” ella avisó haciéndola suspirar su olor.

“No quiero,” alegó Camila escondiéndose más entre las sábanas.

“Vamos, cariño, tienes trabajo.”

Se alejó un poco de ella gruñendo, haciéndola reír.

“Desearía que mi trabajo iniciara a las diez y terminara a las diez quince,” dijo sentándose en la orilla de la cama matrimonial.

“Me encanta que seas tan trabajadora, bebé,” mencionó Ariana en su oído, haciéndola estremecer.

Luego de armarse de valor, comenzó a cambiarse para ir a trabajar. Ariana preparó el desayuno y Camila se sentó en la mesa de la cocina junto a ella cuando terminó de alistarse.

Camila amaba el trabajo que tenía, era fotógrafa y en sus tiempos libres escribía, esas eran las dos mejores cosas que sabía hacer. La fotografía se le había dado desde la secundaria, en el momento que acosaba a las chicas tomándoles fotos desde ángulos en los que se veían preciosas. Estuvo tomando cursos y de repente se le presentó la oportunidad de fotografiar paisajes, y ahora tenía su propio estudio.

A Ariana la conoció cuando fue su primer trabajo con modelos, ella era la modista, y cuando le ofreció un café supo que había algo diferente en ella, la manera de mover su cabello, la forma que su ceño se fruncía cuando estaba concentrada fue lo que definitivamente la enamoró, sin mencionar su manera de pensar, tres años más tarde ahí estaban, felizmente casadas.

Terminando de desayunar, Camila le dio un beso en la mejilla a su esposa, tomó la mochila en donde llevaba el equipo de fotografía y se dirigió a la puerta del departamento.

El estudio no estaba tan lejos de donde vivían. Al casarse consiguieron un departamento cerca del trabajo de Camila, los padres de Ariana lo encontraron para ellas, como una especie de regalo de bodas, ya que fueron los padres de Camila los que pusieron la mitad del pago de la boda. Y bueno, para Camila, la vida de casada no era tan mala como todos decían, incluso llevando el tiempo que llevaba con Ariana sentía que cada día se sorprendía más lo hermosa que le puede llegar a parecer.

Llegó al estudio y al abrir la puerta se encontró con su asistente, Brad, que sostenía una libretita en una mano y el café de Camila en la otra.

“Buenos días, Camila,” saludó sonriendo.

“Hola, Brad,” reciprocó de buena gana mientras tomaba el café que le ofrecía el castaño.

“Hoy tienes una sesión con modelos para la revista local a las diez y media,” Camila escuchó cómo él recitaba los pendientes anotados en su libreta cuando iban caminando hacia el elevador que llevaba a la oficina de Camila, “también hay dos trabajos privados, el primero será a la una y el segundo a las cuatro, y por último tienes una presentación a las siete.”

“Avisaste a Ariana, ¿no?” preguntó cuando salieron del elevador.

“Sí, tiene su invitación por si no puedes pasar por ella,” contestó asintiendo.

“Bien, entonces supongo que será un día largo.”

Camila abrió la puerta y él paró antes de entrar para despedirse.

“Ah y, Camila...” comenzó.

“Dime,” dijo al sentarse en la silla de su oficina.

“Tienes una invitación para el fin de semana, hay una reunión de la secundaria en la casa de... Chris Jauregui,” anunció cerrando la puerta.