𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐎 🍂

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범규 – 𝐁𝐄𝐎𝐌𝐆𝐘𝐔

Miraba por la ventana aquel inmenso bosque, los árboles eran gigantes a mi parecer, todo es demasiado extraño, tengo miedo, pero me prometieron que seria normal si voy junto al científico Min.

Pero ahora es cuando me entraba la duda... ¿Qué es realmente la definición de normal? ¿Esta mal si yo no quiero serlo? Claro que lo está, la sociedad me lo recrimina cada día de mi existencia, solo espero que todo pronto sea mucho mejor, quiero dejar de ser criticado, yo no pedí ser así de defectuoso.

Sentí una mano sobre mi hombro, así que me gire en dirección a la persona sentada a mi lado —Estarás bien, Beommie— aseguro mi hermana mayor, JiHyo.

Su sonrisa me tranquilizo un poco, pero el miedo seguía ahí —Papá dijo que volverás pronto a casa, espero que no se alargue tu estadía porque de verdad te voy a extrañar. Cuídate ¿si?— asentí con la cabeza y quise volver a mirar al costado pero sus palabras me detuvieron —Haz muchos amigos, Gyu— 

Mordí mi labio inferior y evite su mirada, me gusta hacer amigos, yo tenia muchos... pero al fin y al cabo, soy una falla y nadie quiere alguien con defectos cerca. No es mi culpa tener el aura de todos los colores del arcoíris, tampoco pedí que el destino me dijera de una forma algo extraña que nunca voy a encontrar a mi alma gemela.

Mis ojos perdieron color, tanto así que son cristalinos como el agua de las playas Moorea Lagoon, pero, puedo seguir viendo los colores que hace que el mundo tenga vida.

En mi cumpleaños numero 15 tenia mucho miedo a dejar de ver colores al perder el de mis ojos, pero para mi buena suerte no fue así. 

Hay algunas veces en las que me pregunto ¿existe alguien que sea feliz sin colores? yo creo que eso es algo imposible, desde pequeños nos enseñan que en el mundo lo único que importa son los colores a nuestro alrededor, ah si, tampoco podemos olvidar nuestro propio color, si estos no son normales, eres tildado de falla y todos te critican.

Como a mi, se burlaron de mi por ser un chico arcoíris, yo no pedí serlo, sus malos comentarios me parecían innecesarios e hirientes.

El auto freno en una colina, teníamos que subir por algunas escaleras.

Desde abajo podía apreciar lo grande y antigua que es la mansión del señor Min, mí salvador, el que me prometió que pronto todo estará bien.

Luego de esa corta subida de escaleras, llegamos a la puerta. Tenía mí mochila en los hombros y mí padre traía consigo mí maleta.

No sé porque, pero el ambiente se sentía realmente pesado, como si no hubiera ni una pizca de felicidad en este lugar... no, deben de ser mis nervios que hacen que piense cualquier cosa tonta.

La gran puerta se abrió, dejando ver a un hombre con la mitad de su cabello negro y la otra mitad blanco, su ropa... no hay mucho que decir de ella, es una camisa azul marino y unos pantalones negros a juego con los zapatos de charol.

—¡Pequeño BeomGyu!— me recibió con una gran sonrisa, no pude evitar esbozar una yo también. Este señor se merece el cielo entero, me ayudara a mí a ser normal, a dejar que los demás me traten mal.

Nos invitó a entrar, mientras él hablaba con mí padre y mi hermana, yo miraba atento todo el lugar. Las escaleras son enormes, los cuadros en la pared parecen tristes, todos los chicos que posan en el retrato ubicado a la izquierda están muy serios.

Por las escaleras bajo un chico de cabello rubio, vestía un suéter celeste muy bonito. Hice contacto visual con él por una milésima de segundo, ya que él la rompió casi al instante.

𝐃𝐄𝐅𝐄𝐂𝐓𝐔𝐎𝐒𝐎  ⁞  taegyuWhere stories live. Discover now