Capítulo 7

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— ¿Y quién me lo va a detener? ¿Acaso tú? - dijo el hombre levantándose de la mesa, quedando frente a Gilbert.

Habían entrado al bar de Pedro, no fue como en el otro bar que solo decían cosas sino que agarraron de la muñeca a Julieta. Siendo Gilbert que saliera a exigirle que la suelte.

Julieta espero el momento que el señor se distraigo para tomar su muñeca, la cual agarraba anteriormente a la suya, para doblarla.

— Yo lo haré. - dijo Julieta viéndolo fríamente y agrego. — No te dí ninguna invitación así que quédate en el maldito molde.

El ruido que hace minutos se escuchaba en el bar, ahora estaba en silencio.

Un aplauso se escuchó en frente de ellos.

— Vamos John deja a la mujer en paz, o sino te largas de mi puto bar. - dijo al parecer el dueño.

Julieta lo soltó, y vio como se sentó quejándose del dolor. Se acercó a la barra donde seguía el señor que había aplaudido viéndola fijamente.

— ¿Que hacen por aquí tres jóvenes blancos? - pregunto viéndolos.

— Estamos buscando a una joven. - le dijo Gilbert y la describió.

— No. - negó y miro a la joven mayor. — Si está por esta zona, ya está muerta. - le dijo con seriedad.

Julieta lo miro mal. — Si eso llega a suceder no será el único cuerpo que este muerto. - le dijo con la misma seriedad.

— Soy Pedro. - le tendió la mano a la joven que le alzó una ceja. — Si la veo por aquí la detendré o la llevaré a dos cuadras de aquí vive Carla, mi mujer.

Julieta acepto su mano y le agradeció.

Estaban por salir cuando dos hombres entraron empujando a las jóvenes, que llevaban la delantera.

— Es mi día de suerte al parecer. - dijo uno de ellos mirando el cuerpo de Julieta.

Gilbert como Bash se pusieron en frente de las dos, haciendo frente.

— Este niño no debe ni complacerte, mejor ven conmigo lindura. - volvió a hablar el mismo hombre que antes.

Dando un paso pero Gilbert se quedó en el mismo lugar, ahora levantando más la pera.

— Chad, dile al idiota de tu hermano que lo echaré si no deja de molestar. - se escuchó la voz de Pedro.

Chad reaccionó y tomo de la camisa al hombre que se le insinuó a Julieta.

Antes de salir del bar, Julieta escucho como Pedro le decía que recordará que el tenía hijas, y más vale que no volviera a hablarle así a una chica.

Otra vez sin respuestas, no sabían dónde más buscar.

— En la lavandería están durmiendo ya, Mary trabajaba ahí. - comento Bash.

— Vamos. - dijo Julieta comenzando a caminar con Bash, el cual le indicaba por dónde tomar.

— Cuando la encontremos le pediré que sea mi amiga. - escucho la charla que tenían Anne y Gilbert.

— Si le das tiempo seguro aceptará, a mi todavía no me acepta. - le comento Gilbert.

— ¡Ja! A mí sí. - intervino en la conversación Bash.

Haciendo sonreír por un segundo a Julieta.

Ya habían llegado a la lavandería, Bash se acercó y golpeó el vidrio.

Una mujer salió con una escoba. — ¡Oh joder es Bash! - dijo una mujer de color en tono alto.

Los hizo pasar viendo raro a la joven.

— No estamos lavando, es hora de dormir. - dijo lento como para que entiendan.

— Buenas noches, es agradable verte de nuevo. - le dijo sonriendo Bash. La mujer lo miro raro.

— Estamos buscando a una joven. - le comento Gilbert y la describió nuevamente.

La mujer vio a los presentes y sonrió triste. — Está ahí. - señaló al fondo de la lavandería, dónde se apreciaba una trenza saliendo de una bañera

Julieta con paso apurado se acercó, sacando la manta que la tapaba.

Cayó de rodillas, sin importar el dolor, vio a su pequeña con los ojos rojos y un moretón cerca del ojo.

Julieta la abrazo y acarició su cabeza, sintiendo como su hermana se derrumbaba.

— Shh tranquila, estoy aquí. - le dijo con la voz entrecortada.

— ¿Qué le pasó en el ojo? ¿Le quisieron robar? - escucho a Bash preguntar.

Un silencio se generó en el lugar, ni el llanto de Beth se escuchaba.

— Me han tocado. - dijo Beth con la mirada perdida.

Julieta miro al cielo mientras sentía como lágrimas salían de sus ojos.

— La encontré gritando, no pude hacer nada con el hombre... Se escapó. - dijo otra mujer rellenita.

Julieta pasaba las manos por la mejilla de la pequeña que lloraba.

— ¿Alguna descripción? ¿Cómo eran? - pregunto Julieta viéndola a los ojos.

— No tiene sentido que lo diga. - intervino Bash.

Julieta siguió mirando a su hermana.

— Alto... Con rulos castaños...  Abrigo azul... No recuerdo qué más, perdón. - dijo en un tono bajo.

— ¿Tenía un reloj saliendo de su bolsillo del abrigo? - le pregunto rogando a qué si fuera quién tenía en mente.

— Sí, creo. - dijo dudando de sus palabras.

— Será mejor que vayamos a casa. - dijo Gilbert.

Julieta se levantó, limpiando su mejillas y asintió.

Aceptó la manta que le ofrecía la mujer, ya que su hermana seguía con el vestido manchado.

Julieta paso su mano cerca del moretón que tenía Beth.

— Me lo ha hecho porque vio que tenía sangre. - dijo en un tono bajo.

Julieta asintió y se agarró de la cabeza, mordiendo su labio.

Gilbert la agarro de la cintura, tratando de calmarla. "Hay que volver a casa" le dijo.

Julieta asintió y se acercó a la puerta. — Esperen aquí. - dijo para salir dando un portazo y corriendo hacia el bar, dónde estaba el hijo de perra que se había atrevido a tocar a su hermana.

—💚—

25/12/2020

Naaashe

Ahre perdón, se que en esos tiempos era muy difícil encontrar una mujer tan empoderada. Pero esto es un fanfic así que todo puede pasar ah

¡Muchas gracias por leer!

Luana, cambio y fuera.-.

La manzana prohibida - Gilbert BlytheWhere stories live. Discover now