Capítulo 3

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Julieta golpeaba la puerta de la casa vecina. Su hermana miraba sus manos, seguro pensando que temas elegir para hablar.

No era tan sociable como su hermana mayor, al contrario en su antiguo hogar su única amiga era Julieta.

Bash les abrió la puerta dejándolas pasar. — Bienvenidas. - les sonrió y miró a Beth. — Tú debes ser la famosa Beth, no tuvimos el gusto de presentarnos. - le dijo estirando su mano.

Beth dudó pero aceptó su mano y asintió a lo que dijo.

— Beth, ella es Mary, mi esposa. - le dijo Bash presentando a la mujer de su lado.

— Es un gusto. - se saludaron.

— Hola, soy Gilbert Blythe. - se acercó el joven estirando su mano.

Beth volvió a dudar pero la aceptó sonriendo. 

Mary como Gilbert terminaron de armar la mesa.

— No queríamos llegar sin nada. - le aviso Julieta a Bash, pasándole el pan.

El sorprendido lo agarro y miro que tenía puntos negros. — No era necesario. - sonrió emocionado de querer probarlo.

— Es de semillas. - le aviso sonriendo.

Se acercaron a la mesa y tomaron asiento con los demás.

Nadie se sentaba en la punta, sino a los costados. Bash a su lado Mary, del lado de ella Gilbert, en frente de él se sentó Julieta y a su lado Beth.

— Tiene una pinta. - dijo Julieta mirando el plato.

— Se parece a los platos que hacía mamá. - le dijo en voz baja Beth.

A pesar de que el resto la escucho no dijeron nada, Julieta le sonrió.

— ¿Puedo dar las gracias? - le pregunto Bash a Gilbert, que le asintió.

Juntaron sus manos, y cerraron los ojos.

— Señor, gracias por esta riquísima comida, por ese pan de semillas que tiene una pinta. - dijo abriendo un ojo mirando a Julieta que sonreía con los ojos cerrados. — Gracias por traer más gente a esta bella mesa, gracias por el día de afuera, gracias por... - quería seguir agradeciendo pero Mary lo interrumpió.

— Gracias señor, por todo. Amén. - dijo y los demás la siguieron. — Perdón amor, se va a enfriar. - le dijo mirando a su pareja con una sonrisa.

Julieta se dió cuenta que seguía con la mano enganchada con la de Gilbert, se soltó y le sonrió.

Empezaron a comer, mientras Bash hablaba de su nuevo amor.

— Ese pan, es tan delicado y delicioso a la vez. - dijo mirando al pan que sostenía su mano.

Los presentes se rieron. — Me pondré celosa. - le aviso Mary.

— Bueno, perdón. - beso la mano de Mary y miro al pan soltando un "te quiero".

Todos se rieron de nuevo.

— ¿La próxima semana empiezan las clases no Gilbert? - Bash le pregunto a su amigo.

— Oh sí, se pueden anotar. - le dijo sonriendo a las hermanas.

— Van a ser compañeros, que emocionante. - dijo Bash sonriendo.

Beth fue quien asintió y se rió, viendo a su hermana ponerse nerviosa.

— Es bueno saberlo, Beth debe terminar la escuela. - dijo Julieta y sonrió a los presentes. — Yo ya terminé la escuela, hace dos años. - les contó.

La manzana prohibida - Gilbert BlytheWhere stories live. Discover now