-¿Qué? -pregunté, ruborizándome -.

-Te encontrabas de nuevo en tu pequeño mundo, el instructor ha dicho que comprobemos nuestras pistolas. Sólo aprieta el gatillo y si sientes que está demasiado fuerte al apretarlo te lo ajustan antes de que empiece el juego – me explicó ella, poniendo los ojos en blanco -.

Sin lugar a dudas ella sabía que estaba otra vez soñando despierta con Liam, siempre lo sabía.

-Vale -murmuré -.

Alcé la pistola y apreté el gatillo. En vez de darle suavemente como lo estaba haciendo Bonnie, mi pistola de alguna forma dio un tirón en mi mano.

-¡Ah! ¿Qué demonios? -gritó Liam delante de mí -.

Alcé la vista y pude ver que tenía sobre el hombro una gran salpicadura de pintura naranja. Oh, Mierda. ¿Lo había hecho yo? Me quedé mirando estupefacta la salpicadura.

-¡Deberías haber puesto el seguro! -gritó el instructor enfadado-.

¿Qué? ¿Poner el seguro?, ¿Y dónde está eso?

-¡Nadie dijo nada de poner el seguro! ¡Simplemente lo apreté! -Masculle , aún estaba conmocionada de haberle disparado a Liam-.

Aunque intentaban disimular, pude oír a todo el mundo alrededor mío riéndose. Miré a Liam, pidiéndole disculpas con la mirada. La señorita Teller estaba revoloteando sobre él con aparente preocupación, pero él me estaba mirando directamente con una sonrisa tirando de la comisura de su boca.

-Lo siento, salió disparado sin querer – me disculpé - No sabía que tenía que poner el seguro.

Él movió la cabeza y puso los ojos en blanco.

-No sé preocupe, señorita Bloom, los accidentes ocurren – dijo Liam -.

Me giré de nuevo hacía el tipo que estaba delante del grupo y que ya había dejado de mirarme enfadado, como si fuese una asesina en serie.

Estábamos discutiendo y planeando qué hacer cuando obtuviéramos la bandera del oponente y también cómo proceder cuando nos disparaban. Teníamos tres bandas amarillas atadas en nuestro brazo y cuando te disparaban te quitabas una banda antes de continuar con el juego. Aparentemente al llegar al sitio, ya nos habían dividido en dos equipos, por eso algunos de nosotros llevaba monos negros y los otros verde.

Miré a mi alrededor para ver quién estaba en mi equipo; por suerte, tenía conmigo a Bonnie y Tyler. Me di cuenta de que Liam y la señorita Teller estaban en el equipo negro. Hice una mueca. ¿Por qué no les había separado?

Cuando finalmente acabamos, Tyler y Bonnie fueron a que le apretasen un poco más el gatillo, por lo tanto recogí mi casco, girándolo entre mis manos mientras me encaminaba hacía la posición de salida. Mientras caminaba algo me golpeó fuertemente en el culo. Al sentir el repentino dolor pegué un grito y me di la vuelta rápidamente para ver lo que me había golpeado. Me froté la zona lastimada con una mueca de dolor. Pintura mojado resbalaba entre mis dedos.

Fruncí el ceño y me miré, percatándome que estaba llena de pintura azul cielo.

Una risita suave me llamó la atención, así qué levanté la vista y vi a Liam con una sonrisa de satisfacción en su cara.

-Perdón, se me disparó -se rió a carcajadas, encogiéndose de hombros -.

Oh, venga ya, ¿me acaba de disparar a propósito?

-¡Eres como un niño pequeño! -grité, riendo-.

Se me acercó y me sonrió con esa sonrisa que me gustaba tanto. Todos los demás ya se dispersaban, se escondían o iban hacía al punto de salida, por que estábamos solos.

No sé qué somosWhere stories live. Discover now