Capítulo 23

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Cuando estaba a punto de dejarme llevar hacía la oscuridad, el pesado cuerpo del chico desapareció de encima de mí. Escuché un estruendo y el sonido lejano de una pelea. Me obligue a mi misma a abrir los ojos, pero los parpados me pesaban y ese sencillo gesto me costó una barbaridad. Gire mi cabeza hacia el sonido que escuchaba a mi lado, y pude ver como Liam golpeaba al chico contra la pared de la habitación provocando que se cayesen un par de cuadros con motivos vegetales que estaban colgados en ella.

Él volvió a alzar su brazo y le dio un puñetazo en el rostro ya sangriento del chico.

¡Liam está aquí!

El pánico se esfumó poco a poco, y pude sonreír débilmente, intentando desesperadamente mantener mis ojos abiertos. Traté de darme la vuelta para poder levantarme de la cama, pero mi cuerpo no me respondía, me fallaba la coordinación así que casi caí fuera de la cama.

Liam lanzó al chico al suelo, gritando insultos inteligibles algunos de ellos para mi, mientras que le daba patadas en el estómago y pecho. Su rostro era la imagen de la rabia. Alguien más entro en la habitación y agarró a Liam, apartándolo del chico que se cubría la cabeza en el suelo. Liam todavía trataba de liberarse de los brazos que lo retenían. En su rostro floreció un instinto asesino.

Entrecerré los ojos a través de la confusión que sentía en mi cabeza y me di cuenta de que era Jack quien lo sostenía. Él decía algo en el oído de Liam, mientras seguía sosteniéndolo con fuerza. La cabeza de Liam se giró bruscamente en mi dirección y su rostro se suavizó al instante. Asintió y se calmó inmediatamente. Jack le dejó ir y Liam corrió a mi lado, agarrándome por los hombros y levantándome para incorporarme al mismo tiempo que me estrechaba entre sus brazos.

-April...¿estás bien? Él ha... -su voz se fue apagando, mirándome horrorizado-.

Escondí mi cara en su cuello y aspire el delicioso aroma de su perfume mientras rodeaba con mis brazos su cuello. No podía hacer nada para detener las lágrimas silenciosas que caían por mi rostro. Estuvo tan cerca. Si él hubiera llegado sólo unos minutos después habría sido demasiado tarde.

Los brazos de Liam se apretaron alrededor de mí cintura mientras me acariciaba la espalda, meciéndome dulcemente junto a él. Me agarré a él tan fuerte como pude mientras me atraía a su regazo, mientras me tranquilizaba diciéndome que él estaba allí y que yo estaba a salvo. Podía escucharle hablándole a Jack, pero parecía estar lejos.

-¿Tengo que llevarla al hospital? ¿O qué debería hacer? -preguntó Liam-.

Sonaba desesperado.

-No, encontré un paquete de estas pastillas en su bolsillo, es un sedante – comenzó a decir Jack -si le ha dado eso entonces sólo tienes que dejarla dormir, en el hospital no harían nada y si ella tuviese una reacción ya la habría tenido.

Yo ya sabía por conversaciones anteriores con él, que Jack era un doctor residente en el hospital, así que sabía de lo que hablaba. Liam naturalmente confiaba en su opinión. Sus brazos se apretaron alrededor de mí.

-April, te voy a llevar a casa, ¿vale? ¿Puedes oírme? -preguntó mientras me cambiaba de sitio en sus brazos-.

Asentí, pero no me molesté en abrir los ojos. Apreté mi brazo en su cuello mientras me movían. Abrí un poco los ojos, que me dolieron al contacto con la luz del cuarto, pude ver que él estaba de pie y llevándome.

La fiesta aún continuaba, inconsciente de lo que casi me había pasado. Un llanto a mi derecha captó mi atención. Eché un vistazo como pude para ver que Bonnie iba caminando enmudecida detrás de nosotros, llorando sin control. Traté de sonreírle para que se tranquilizara, pero estaba demasiado cansada.

El aire fresco del exterior me golpeó de imprevisto y me hizo gemir y apretarme más contra Liam cuando se me puso la carne de gallina.

-Entra en el asiento trasero, Bonnie -murmuró la voz de Liam - la tumbare contigo así podrás cuidarla. ¡Mierda!, sus padres van a volverse locos.

Me estremecí al pensar en mis padres. No podía ir a casa así, ¡nunca me permitirán salir otra vez hasta el día de mi muerte!

-No quiero irme a casa, no me hagas ir a casa – balbuceé -.

Suspiró y frunció el ceño y pareció que estuviese tratando de decidir algo antes de terminar asintiendo.

-¿Qué tal si te llevo a la mía? -ofreció, mirando de mí hacia Bonnie.

Giré la cabeza mirando a Bonnie y me di cuenta de que tenía la cabeza en su regazo.

-Pero se supone que ella se queda en mi casa esta noche- Bonnie sacudió la cabeza -.

Liam asintió.

-Podéis quedaros las dos en la mía, envía un mensaje a tus padres y diles que habéis decidido quedaros en casa de April – ordenó Liam mientras movía mis piernas suavemente y después volvía a alejarse, cerrando la puerta del coche de un portazo -.

Bonnie sonrió débilmente y sacó su móvil. La miré disculpándome, pero ella sólo sonrió y me acarició la mejilla suavemente.

-Ahora ya ha pasado todo, April, no te preocupes, Liam lo tiene todo bajo control -susurró ella -.

Le sonreí y cerré los ojos. Sabía que tenía razón, Liam lo tenía todo bajo control y sólo estar aquí con él hacía que todo estuviese bien. No necesitaba preocuparme por nada cuando estaba cerca de mí.

Vagamente fui consciente de que estaba siendo movida de nuevo, esta vez no tuve ni siquiera fuerzas para sujetarme a él mientras me llevaba a quien sabe dónde. Sentí que mi cuerpo caía sobre algo suave y agarré su camiseta débilmente, no quería dejar que se alejase de mí.

-¿Dónde estamos? -murmuré-.

Me forcé a abrir los ojos, pero la habitación estaba oscura, así que no pude ver nada.

-Estás en mi casa, Bonnie va a dormir contigo y yo dormiré en el sofá ¿Necesitas algo? -preguntó, despejando suavemente el pelo de mi rostro-.

Sus dedos dejaron un leve cosquilleó a lo largo de mi mejilla.

-Necesito que te quedes conmigo – musite -.

Lo atraje más cerca de mí mientras me acurrucaba en la cama. Debería haber adivinado dónde estaba, su olor a mi alrededor me hacía sentir segura.

-No puedo, April -susurró, sacudiendo lentamente la cabeza mientras sus ojos miraban detrás de mí-.

Sentí que Bonnie se tumbaba al otro lado. Agarré a Liam apretando su camiseta, lo necesitaba a mi lado esa noche. No quería que se fuera.

-¿Por favor? -rogué, tratando de no llorar-.

Él suspiró y asintió.

-Me quedaré hasta que te duermas- dijo él -.

Se sentó en el suelo junto a la cama y me sujetó la mano, trazando círculos en ella con el pulgar. Le sonreí agradecida y él me sonrió con ternura, mientras su otra mano acariciaba mi pelo suavemente.

-Duérmete -susurró-.

Asentí con la cabeza y cerré los ojos de nuevo, agarrando su mano y temerosa de dejarlo ir, porque yo sabía que él se levantaría y terminaría dejándome sola.

Después de unos minutos de silencio, sentí como su mano dejaba la mía. Traté de abrir los ojos, pero no pude. Necesitaba dormir y no podía luchar más contra eso.

-Tú eres Liam, ¿no? - oí la voz de Bonnie detrás de mi -el Liam de April.

-Sí -respondió Liam -.

Algo suave presionó contra la parte superior de mi cabeza. ¿Eran sus labios? ¿Acababa de besar la parte superior de mi cabeza? Sonreí, pero no importaba lo mucho que lo intentara, no podía abrir los ojos.

-Hablaremos de eso por la mañana, duerme un poco, Bonnie -murmuró él -.

Oí abrirse y cerrarse la puerta, pero no pude recordar nada más.

El sueño me consumió.  

No sé qué somosWhere stories live. Discover now