Marqué ||OffGun|| Omegaverse

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Gun había estado sufriendo, el doctor en cuanto llego le dio unos supresores, le habían calmado al instante, pero le había dado unas recomendaciones, las cuales ya eran borrosas para él, necesitaba a su alfa, quien estaba haciendo comida ya que recurrió a darle el día a todos los sirvientes.

A temprana hora Luke y el omega de este mencionado se habían marchado incómodos.

Off subió, le tendió la comida al menor, una manzana y un vaso de agua, necesitaba alimentarse, la sabia.

Gun al terminar se lanzó a los brazos de su alfa, quería estar con él, lo necesitaba, mucho.

Off trataba de quitar las cosas de la mesa, con dificultad lo logro.

Y sin poder controlarse se abalanzo al menor aun sabiendo que debía.

Los besos fueron intensos, la marca fue lambida, Gun se movía encima de su alfa, lo quería dentro, Off no lo soporto más y quitándose la ropa rápidamente y la del menor le embistió.

Sus cuerpos se unieron, el nudo del mayor el menor lo recibió con gusto, y cansado el pequeño cuerpo del omega se quedó calmado encima del del alfa, quien solo besaba la cabeza de su pequeño.

Una noche increíblemente única para el omega, su primer celo, con su Alfa no podía imaginar que algo fuera mejor, como puedo beso al mayor.

—Te quiero Off —dijo con las mejillas rojas.

—Te amo bebé —dijo el alfa abrazándolo protectoramente.

🐺

Tay estaba molesto, amaba a Joss pero no podía creer que hubiera si quiera en pasar el celo de Gun con él.

Joss sabía que había hecho mal, no sabía cómo arreglar eso, su omega le estaría odiando en ese momento y con razón.

Al llegar a casa vio a Luke, quien se había vuelto muy buen amigo, estaba con su omega, quien feliz besaba y se reía, no sabía cómo él se había controlado, su omega parecía amarlo cada día más, era un omega maravilloso.

Tay estaba en el cuerpo, podía olerlo y también olía tristeza, corrió con rapidez, era su omega.

Al llegar le vio en la cama abrazando una almohada y su corazón se oprimió.

Se acerco, le volteo con cuidado y le vio, sus ojos azules rojizos, hizo una mueca de disgusto.

—¿Qué pasa bebé? —pregunto acariciándole.

—¿Me amas? —pregunto con voz rota, y justo ahí su corazón se rompió, le estaba haciendo mucho daño a su bebé, y eso le destrozaba.

—Oh joder, si amor, Tay eres mi mundo y sin ti no sé qué haría —dijo y le abrazo, le abrazo de forma que el cuello del menor estuviera en una vía fácil, le dio un tierno beso, sintió como el cuerpo del omega se estremecido y sin anunció enterró sus colmillos.

Ahora sí, era su omega ante todos, unidos de por vida.