★彡Capítulo Veintiuno彡★

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Kelly suponía que su hermosa hija estaba teniendo la cita más romántica con su futuro esposo.

Pero no era así.

Finn y Millie habían arreglado una "cita", si, pero no una cita en la que sólo estuvieran los dos juntos, planeando lo maravillosa que iba a ser su estúpida y lejana boda. Finn, por su parte, había arreglado una salida con Sadie; y Millie, una salida con Noah.

Las risas entre Millie y Noah eran un elemento indispensable. Los dos se llevaban demasiado bien, Millie se sentía libre de ser ella misma cuando estaba con él.

Finn y Sadie también se divertían, aunque no se lo creyera ni él mismo, al azabache, cuando estaba con Sadie, el tiempo se le pasaba volando. Se divertían, podían hablar por horas sin que los temas se volvieran a repetir. En pocas palabras, los dos eran algo así como felices cuando estaban juntos. Se sentían cómodos estando juntos.

Con cada salida, Wolfhard se había dado cuenta de que Sadie era la chica más tierna del mundo. Habían salido varias veces-casi todos los fines de semana desde la tarde del viernes hasta la noche del domingo- y ambos habían disfrutado demasiado. Reían, conversaban, miraban películas de comedia, de romance, y una que otra de terror.

La primera vez que miraron una película en la casa de Finn Wolfhard-en primer lugar, la vieron en casa de Finn porque Jaeden ya había expresado la incomodidad que tenía, y lo fastidioso que era para él el tener que soportar lo acaramelados que se ponían "sin querer"-, Mary recibió a Sadie con una sonrisa y demasiada amabilidad. También estaban Eric y Nick, pero ellos se habían mantenido ocupados en un asunto del que Sadie no había entendido absolutamente nada, por más veces que Eric se lo explicó a sus hijos y eposa. Sin duda alguna, Finn era el que tenía la sangre más pesada de esa familia. ¿Por qué él era tan odioso si su madre, su padre y su hermano no lo eran en lo absoluto?

Ahora, estando en un centro comercial, ambos sentados en una mesa de la heladería-también habían salido con Noah y Millie, pero cada pareja había tomado un rumbo distinto: Noah y Millie habían ido a los juegos y Millie y Finn a por un helado-, Finn observaba a Sadie con cautelo. La manera en la que sus pómulos se marcaban cuando sonreía Era algo maravilloso.

-¿Quieres otro helado?- pregunta el azabache.

Sadie niega con la cabeza y vuelve a pasar la lengua por la crema de mandarina.

-¡si no quieres otro helado, ¿por qué te comes el mio?!

-porque quiero. Pide otro tú.

Finn le hizo caso, no se iba a quedar sin comer su helado.

Finn casi se había olvidado de su plan, ya no pensaba en eso cada que salía con Sadie... Todo se le había salido de las manos como el jabón cuando se está bañando. La presión por la respuesta de Sadie se había hecho a un lado. Finn ya no necesitaba un "si" solo para continuar con todo. Le daba igual si la respuesta era si o no, lo único que quería era pasar el mayor tiempo posible con Sadie.

Millie se quedó quieta y comenzó a buscar lugares en los que le fuera posible esconderse. Su madre no podía verla con Noah, ¡ella pensaba que estaba con Finn! ¡Y si se enterara que está con Noah, de seguro la iba a matar!

-¡Noah!- susurró la castaña-¡corre!

En cuanto comenzaron a correr, Millie no pudo evitar comenzar a reír también. Le hacía gracia el hecho de que Noah la haya seguido y que tal vez, a los ojos de las demás personas, los dos eran dos locos sueltos.

-¡¿dónde están?!- Millie estaba demasiado agitada. Habían subido por las escaleras, porque el elevador iba a tardar muchísimo, y si lo esperaban, de seguro Kelly iba a distinguir... No a Millie, sino a Noah y Millie.

¡Hey, Salvaje!. (Fadie) ✔Where stories live. Discover now