★彡 Capítulo Dos 彡★

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En un anden, había una pelirroja que tenía una caja de chicles, estaba sentada con la cabeza gacha. Jaeden la miraba desde la ventana polarizada de su auto.

Ángela miraba a sus alrededores, sin poder creer lo que estaba viendo. ¿De verdad así eran las cosas más allá de las cuatro lujosas paredes de su hermosa mansión?.

Sophia también estaba ahí, sentada a un lado de Jaeden. Ella ya no estaba tan sorprendida, pues había acompañado a Jaeden antes... No al mismo barrio, pero si a uno que se podría decir que era hasta peor.

-¿estás seguro de que quieres hacer esto, cariño?- preguntó Ángela a su hijo. Él asiento.

Robert ayudó a Ángela a bajar del auto y Jaeden ayudó a Sophia. Después, Los tres comenzaron a caminar hasta la chica.

A Sophia le había parecido gracioso el hecho de que la muchacha que Jaeden había escogido tuviese su mismo color de cabello - tal vez un poco más claro, o un poco más oscuro, no sabía con exactitud, pero el caso es que tenían el mismo color de cabello-: pelirrojo.

-tres de menta, por favor- habló el castaño.

La chica que estaba sentada, busca en la caja de chicles, selecciona los chicles del sabor que le habían pedido y cuando los tiene, extiende la mano.

Jaeden frunce el ceño, ¿qué era lo que le pasaba?.

Sophia miró a Jaeden, al igual que su madre.

-Sadie, soy Jaeden- la pelirroja levantó la mirada y no pudo evitar sonreír al ver la cara del castaño.

Se puso de pie rápidamente y le sonrió.

-¡fuiste enviado por el cielo!- sin pensarlo dos veces, la pelirroja se lanzó a los brazos del castaño.

Jaeden la recibió un poco dudoso, no pensaba llegar a tener tanta confianza, o por lo menos no por ahora.

Cuando se separó de él, la pelirroja se ruborizó al ver a dos mujeres a los lados de Jaeden.

-Sadie, ella es Ángela, mi madre...- la mujer le sonrió y ella hizo lo mismo - y ella es Sophia, mi mejor amiga- la chica que estaba a un lado de Jaeden le extendió la mano y Sadie la tomó, dudando.

-Sophia Lillis- la de cabello corto dejó a la vista sus blancos dientes. Sadie también le sonrió, pero no con tanta confianza como la chica que tenía enfrente.

-yo soy Sadie.

Soltaron sus manos.

Jaeden le explicó a la pelirroja que su madre estaba ahí para finiticar todo el acuerdo. Él estaba decidido a realizar todo lo que había prometido, y sabía que si ella y sus padres estaban completamente de acuerdo, Sadie después de algunos años, iba a ser una chica como Millie, Sophia y Chloe.

Sadie los guiaba hasta su casa, pero Jaeden notaba en ella algo muy diferente, no tenía la misma emoción y altivez que tenía el día en el que la escogió. Tenía la cabeza gacha y al parecer estaba aguantando las ganas de llorar.

Jaeden jaló del brazo a la pelirroja, haciendo que ésta dejase de caminar.

-¿qué te pasa?- le preguntó.

Sadie negó.

-es algo tonto...

Se limpio las lágrimas que habían cumplido la promesa de resbalar por sus ojos. Jaeden la miró.

-todo en esta vida es tonto, el mundo está lleno de tonterias... No me molestaría escuchar una más.

Sadie le sonrió.

¡Hey, Salvaje!. (Fadie) ✔Where stories live. Discover now