Capítulo 31

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" CHARLAS, JUGARRETAS, PASTILLAS Y...

¿TODO BIEN? "






Isabella:


Paso mí mano por mí nariz porque está pica no le doy tanta importancia y sigo durmiendo, pero luego esto se repite varias veces lo que me obliga a abrir mis ojos.

— Hola princesa —dice Rayo ni bien abro los ojos—. Al fin despiertas llevo varios minutos haciéndote cosquillas.

Tiene un mechón de mí cabello entre sus dedos y vuelve a sacudirlo por mí nariz.

— Es lindo de ver como arrugas la nariz ante esto.

Estoy algo desorientada pero es normal acabo de despertar y agradezco que haya cerrado todas las ventanas para que la luz del sol no moleste, la cabeza no me duele mucho pero tengo hambre, muchísima hambre.

Bajo su atenta mirada y en silencio procedo a hacer mis necesidades básicas antes de volver con el que aún se encuentra en la cama.

— Vamos a comer —aviso mientras tomo mí celular—¿A qué hora vienen los demás?

— Seguro, en un par de horas.

— Las chicas dicen que vendrán dentro de dos horas y te digo que Amina es puntual —aviso mientras escribo en el celular—. Así que disfrutemos de está poca paz antes de que comiencen otra vez con la charla sin final.

Dejó el celular en la mesada y el me sigue a la cocina le doy las opciones y llegamos a la conclusión de tomar algo clásico. El me ayuda a sacar unas tazas y yo sirvo el yogurt con cereales en ellos.

En silencio desayunamos cada uno en su mundo y no es incómodo, es agradable.
Hablamos de temas triviales mientras limpiamos todo y el me cuenta de unas cosas que comió en los países que fueron.

Nuestra charla es interesante, con el nunca fue difícil sacar tema de conversación, todo fluía pero en la mejor parte el timbre suena, yo sigo en pijama y estoy segura que debe ser Amina o Courtney que ya dieron aviso de estar viniendo, a zancadas enojada por la interrupción voy hasta la puerta y cuando la abro veo a quien menos esperaba pero claro la vida es así.

—¡¿Qué demonios haces aquí?! —espeto soltando todo mí malhumor mañanero—¡¿Y cómo mierda entraste?!

— Buenos días para ti también princesa —saluda cruzando sus brazos—. He venido a buscar al enano, Laura me dejó las llaves.

—¿Qué? Él no está aquí.

—¿Y quién es el niño que está allí? —pregunta haciéndome a un lado.

Gian se encuentra —al igual que yo— en pijamas sentado junto al rubio que conversaba conmigo tan tranquilamente hasta hace solo unos segundos.

Dejó la puerta abierta y camino hasta donde se encuentra Gian comiendo de la caja de cereal que quedó en la mesada.
El pequeño estaba hablando con Tylee hasta que se percata de mí presencia y baja para abrazarme.

—¡Isa! Pensé que no estabas y me asusté —dice levantando su cabecita para mirarme—. Pero luego baje y ví a este chico ¿Este es tu novio?

— Vaya por lo que no estabas sola ¿Eh?

— No te dije que entraras.

— Pero dejaste la puerta abierta, para mí eso fue una invitación —se justifica.

Perfecto Desastre Where stories live. Discover now