Papi Mikey; michael

Hija.

Volví a soñar con la noche de graduación. Eso debe ser ilegal...

Esperen, la bestia no me ha despertado, miro a mis espaldas y esta con los ojos cerrados. Me siento de golpe y toco su pecho. Santas mierdas. Dios, aun respira.

¿Pero porque aun sigue dormida? Tal vez esta muy cansada porque últimamente se la pasa llorando. Me preocupa que llore tanto, ella no grita ni patalea. Solo deja que caigan sus lagrimas de cocodrilo, mas no grita.

Maldita doctora que no me receto nada para su dolor de pansa. Se ve que le duele pero no se queja, mi pobre bestia.

Sábado y Domingo. Los mejores días del mundo, y mas cuando solo te la pasas viendo estúpidos programas infantiles.

Violet mira el programa con una tonta sonrisa. Miro su boca y se asoman dos dientitos de arriba. Ay pero que monada.

La subo en mi regazo y abro su boca, toco con la punta de mi dedo indice los dos dientitos salientes, ella muerde mi dedos con sus encías y sus dientes salidos.

-¡Violet! -Le grito enojado.

-¡Déjame mierda!
-¡Michael te estoy hablando!
-¡DÉJAME EN PAZ EMMA! ¡ESTOY HARTO DE SOPORTAR TU ASQUEROSA VOZ! ¡DÉJAME! ¿NO LO ENTIENDES!
-Michael... -Sus ojos estaban llorosos, no tardaron en salir las lagrimas, sus labios estaban apretados, pero lagrimas resbalaban por su rostro de manera lenta y tranquila- ... Te quiero.

Yo también la quiero, pero no entiendo porque quiere estar a mi lado. Soy un asco de persona. Se acerca con cautela y enreda sus delgados brazos por mi cuerpo, se aferra a mi cintura. Suspiro y la abrazo con fuerza, agradeciendo muy en mi interior que me quiera.

-Perdóname, Em.

Violet se talla los ojos, de los cuales caen lagrimas. Se pasa las palmas de sus manitas intentando quitarlas. ¿Como puedo tratarla así? ¡Es solo una bebe. No es culpa suya lo que paso entre Emma y yo.

Soy un monstruo. Un asqueroso monstruo sin corazón.

*Quiero aclarar, que, Emma no es una puta.