DEMONS, draco malfoy

4. iii. what was not but should have been

—Dame un segundo, me falta ponerme los zapatos.

Depositó a Teddy sobre su cuna y buscó unas zapatillas de debajo de la cama. No tenían nada de ropa allí, así que había tenido que asaltar de nuevo el armario de Tonks. Venus no habituaba a utilizar deportivas, le habían criado para que vistiera elegantes zapatos altos que estilizaran su figura. Zapatos infernales desde el punto de vista de la ojimiel.

—¿Segura que estaréis bien? —inquirió Remus por cuarta vez apoyando en el marco de la puerta.

Venus solo pudo rodar los ojos y apoyar las palmas de sus manos sobre los hombros del moreno cuando se levantó de la cama.

—No va a pasar nada, Rem —aseguró Venus.

—Tal vez debería ir con vosotros...

—Es algo que tenemos que hacer solos, además —Venus echó una ojeada por encima del hombro de su padrino— Dora te necesita ahora más que nunca. Y Mackenzie está a punto de dar a luz también, alguien tiene que quedarse a vigilar el fuerte.

Remus miro a Ares esperando encontrar en él algo de coherencia.

—Estaremos bien —se limitó a contestar el chico con un encogimiento de hombros.

El hombre lobo no pudo hacer otra cosa que suspirar resignado.

—Bien, pero tened cuidado.

La rubia depositó un sonoro beso sobre su mejilla antes de partir hacia fuera, donde Ares ya le esperaba.

—¿Listo? —inquirió la menor.

—Si te soy sincero, no creo estarlo nunca —Venus agarró divertida la mano que su hermano le ofrecía, y segundos después ambos desaparecieron.

[...]

Imaginar lo que pudo haber sido es unos de las sensaciones más dolorosas y reconfortantes para las personas. Nos torturamos pensando en él, ¿qué habría pasado sí...?

Los seres humanos somos criaturas masoquistas por naturaleza, nos gusta torturarnos sobrepensando cada una de nuestras acciones, nuestros diálogos.

Pero especialmente nos gusta remover el pasado, y esto es lo que nos lleva a un pueblo ubicado al oeste de Inglaterra en West Country

Venus siempre sintió curiosidad por los pueblecitos pequeños, especialmente aquellos que estaban apartados de la humanidad y solo se respiraba tranquilidad.

Tal vez porque nunca en su vida había dado un paso sin que una decena de personas le juzgaran, pero siempre se figuró que en un pueblo tan pequeño la gente no le daría importancia a su vida.

Pisar Godric's Hollow fue extraño, como cuando te vas de vacaciones por mucho tiempo y vuelves a casa exhausto con ansias de descansar. Así es como los hermanos Rosier se sentían.

Se habían aparecido justo en el centro del pueblo, una pequeña plaza octogonal presidida por una iglesia y un par de banquitos en los que Venus se pudo a imaginar a personas mayores charlando.

Por lo que había leído en el pueblo no había mucho más que un cementerio, una oficina de correos, un pub y un par de negocios de alimentación, era lo suficientemente discreto y aburrido para que nadie fuera a visitarlo.

A Venus le encantó.

—¿Qué es eso? —señaló Ares curioso.

En medio de aquella plaza, justo en el centro, había una especie de columna cuadrada y alta, un poco más estrecha en la parte superior que en la base y acabada en punta piramidal. Debía tratarse de algún tipo de monumento conmemorativo.