3. ii. the meeting

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EL ENCUENTRO

EL CALLEJÓN DIAGON NUNCA HABÍA TENIDO UN ASPECTO TAN DESOLADO

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EL CALLEJÓN DIAGON NUNCA HABÍA TENIDO UN ASPECTO TAN DESOLADO. SUS CALLES SE ENCONTRABAN DESIERTOS, Y LA MAYORÍA DE LAS TIENDAS SE ENCONTRABAN CERRADAS.

Era como si la vida de aquel bullicioso callejón se hubiera disuelto.

Solo había un sitio que seguía desprendiendo luz en toda aquella oscuridad, la tienda de bromas de los gemelos Weasley.

Venus admiraba desde lejos las sonrisas de los niños, como reían y bromeaban sin que ningún motivo les preocupase.

La alta figura de Ron Weasley resaltaba entre las pequeñas personitas que correteaban de un lado a otro.

Realmente no sabía que estaba haciendo allí.

Había pasado casi un mes de la muerte de Dumbledore, casi un mes que le mando aquella carta de despedida. Pero había algo dentro del pecho de Venus que le pedía que comprobará que ellos se encontraban bien.

Por tan solo unos segundos, los ojos de Ron saltaron de la muchedumbre de niños a la desolada calle.

Vio esa esbelta figura que estaba apoyada contra el muro y sintió un escalofrío.

Conocía demasiado bien esos ojos.

Venus supo que era el momento de huir.

Dio un par de pasos hacia atrás en el momento que la campanilla de la tienda indicó que alguien estaba a punto de salir.

—¿Venus? —fue demasiado tarde porque la chica despareció.

Lo único que queda fue una pequeña nota en el suelo que Ron tomó de inmediato.

MANTENEOS A
SALVO COMO SEA

Ella estaba bien, aquella nota lo confirmaba. Si algo le hubiera pasado, Malfoy no le habría dejado salir.

Se llevó la mano al pecho donde su corazón martilleaba con insistencia, aún había esperanza.

Con emoción corrió hacia la tienda dispuesto a informar a Remus y a Harry de lo que acababa de pasar.







[...]




Venus se apareció en un callejón cercano.

El Londres muggle era muy ajetreado, y aunque todos parecían siempre muy apurados, no podía evitar sentir curiosidad por todo lo que le rodeaba.

Salió del callejón mientras se frotaba sus manos, a pesar de ser pleno verano, hacía frío.

Venus creía que la temperatura se había aliado con las circunstancias. El Mundo sabía que una guerra se aproximaba.

Sus pies andaban sin que su mente le indicara un destino exacto. Volver a la mansión Rosier había sido un respiro para todos, y el poder tener cierta libertad para moverse aún más.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora