Ese día lluvioso

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jimin sintió nostalgia desde que despertó. el alegre paisaje se tiñó de un gris melancólico bajo la capa de lluvia ligera filtrándose en las calles y goteras, callejones y alcantarillas. estrellándose contra el suelo mientras se intensificaba y la luz del día desaparecía hasta ocultar la luminosidad completamente. jimin pensó, mientras se vestía, que quizá estaba triste, tan triste que el día quiso hacerle compañía y decidió dejarse llover.
quería —realmente— visitar a su familia. hablar con todo el mundo, abrazarlos y comer algo cocinado por su madre. Pero no podía y por lo tanto quería quedarse en cama y dormir o intentarlo. escuchar la lluvia y dejarse llover durante horas, oculto entre las sábanas, sacando la cabeza para ver, a través del cristal del ventanal, que no estaba solo en su dolor.
pero el dormitorio era un caos y todos estaban ahí y pronto nadie lo estaría porque debían practicar, practicar y practicar hasta perfeccionar cada detalle. pulir, pulir y pulir.
jimin vació su cabeza en la sala de práctica. jimin vació su cabeza hasta que la nostalgia corría por sus venas y las ganas de llorar subían desde el estómago hasta su diafragma y no podía respirar. todos se fueron, exhaustos,con la promesa de seguir ensayando durante la noche. pero jungkook no quería dejar a jimin solo.
jimin sentía nostalgia, pena.
jungkook notó el desánimo pero no habló hasta que jimin colapsó en el piso.
—hyung, deberías parar.
sin alzar la vista ni mostrando intención de abandonar el suelo, jimin bufó.
— tú eres quien debería parar... yo no soy el que se queda cada día practicando solo y llega a casa sin fuerzas para bañarse, siquiera.
jungkook se sonrojó.
— soy el menor. tengo que esforzarme más.
— esforzarse es una cosa, lo que tú haces es dañino.
— hyung, estás siendo malo.
jungkook era joven, muy joven. pero se veía increíblemente pequeño parado frente a él, observándolo todavía en el suelo con incredulidad.
jimin también era joven.
todos lo eran.
jimin extrañaba su hogar —todos lo hacían— y ver a jungkook en vez de sus padres, estar practicando con jungkook en vez de sentir la familiaridad de sus seres más queridos... lo hacía sentir enfermo.
— no, jungkook... no es la primera vez que hyung habla contigo sobre esto. namjoon hyung también piensa lo mismo.
— tengo que mejorar — insistió, obstinado como siempre cuando se trataba de sí mismo; practicar, alcanzar la perfección —, tengo que al menos estar al nivel de los demás.
— eres terco, y eres un niño.
— ¿acaso tú eres un adulto?
la lluvia se oía, torrencial y sublime afuera del lugar, a través de una ventana frágil y trizada.
ninguno habló durante un largo rato. el rostro de jungkook enrojecía mientras atisbaba a jimin. le ofreció su mano, el mayor la tomó y se levantó con una gracia innata.
jungkook sintió cólera.
— tú eres un gran bailarín, hyung. siento verguenza bailando junto a ti si no puedo siquiera seguir tu ritmo.
— jeon jungkook, ¿hasta cuándo piensas desvalorizarte?
la mano que jimin aceptó no soltó la suya; es más, jungkook la apretaba con fuerza, como queriendo transmitir un mensaje que no sabría verbalizar.
— sabes que es verdad...
— no, guk-ah — jimin intentó alejarse pero la mano de jungkook se deslizó hacia su muñeca, reteniéndolo.
— hyung... — susurró.
— piensa en lo que estás haciéndote, jungkook. lo necesitas.
fue bruto al soltarse del agarre del más pequeño, y más aún cuando tomó su bolso y llegó hasta la puerta.
— no me llames, no quiero saber de ti hoy.
no vio el rostro de jungkook porque sabía que no le gustaría lo que habría encontrado. además, no era necesario. jungkook y él eran cercanos, jungkook era sensible y además era pequeño. un niño que seguramente tenía la nariz colorada —y sus mejillas— y que fruncía los labios y el ceño intentando no dejarse llover mientras el ruido de la ciudad, los autos y los pasos y la lluvia, se oían fuertes y sentía frustración.
caminando bajo la lluvia, jimin se arrepintió y se dio permiso para llorar.
llevaba medio camino cuando su celular sonó.
no estaba enojado, no con el remitente de la llamada. ni con nadie. o tal vez sí. estaba furioso consigo mismo y con jungkook y con todo el mundo conocido y por conocer. porque jungkook era un niño pero él también.
'él espera que cuides de él'
'él siempre te busca', razonó.
no insistas, pensó entonces.
por favor llama a tae.
jungkook llamó una segunda vez. jimin sollozó en silencio antes de contestar.
— te dije que no me llamaras.
la brusquedad de su voz solo causó más llanto desde el otro lado de la línea.
— jiminie hyung... me dejaste solo.
jimin no estaba enojado, jimin se sentía inmensamente triste.
— salí y no... no sé dónde... no entiendo dónde...
triste, furioso, agotado.
— ¿no sabes dónde estás? jungkook-ah, fíjate bien, hyung irá por ti.
— no — jimin oyó cómo sorbía sus mocos y podía verlo perfectamente en su cabeza — tomaré un taxi, no quiero molestarte más, hyung... solo quiero que no estés enojado conmigo.
— jungkook-ah, no fue una pregunta.
cuando llegó, jungkook estaba en cuclillas, de brazos cruzados mientras su rostro decaído descansaba sobre ellos. jimin se paró frente a él y cuando jungkook lo miró se levantó súbitamente, parecía que lloraría de nuevo.
— jiminie hyung...
el chico no habló, dejó que las gotas llovieran sobre él y limpiaran cada vestigio de hostilidad.
entonces, sonrió.
— jungkookie, ven aquí,
jimin tomó al más joven entre sus brazos y lo apretujó con cariño. el otro suspiró aliviado y lo abrazó con más fuerza.
— estaba tan asustado...
— no puedes ir sin rumbo por las calles de seúl, kookie... es...
— ¡hyung, pensé que estabas tan enojado conmigo!
escondiendo el rostro húmedo en su cuello, los sollozos acompañaron los lamentos del menor y jimin se sintió muy mal consigo.
— kookie-ah, lo siento.
— no peleemos más.
jimin sonrió ante el comentario.
— si peleamos y lo arreglamos, estamos trabajando en nuestra relación, kookie.
la lluvia barría toda la angustia y bajo ella, ninguno sentía frío.
aún empapados, aún con el viento, ninguno sentía frío.
— no te enojes más conmigo, prefiero que juguemos videojuegos, prometo dejarte ganar de vez en cuando, ¿no mejoraría eso también nuestra relación?
jimin sintió nostalgia desde que dejó busan.
— tal vez... — susurró, dándole un beso en la nuca a jungkook. de pronto, sintió la candidez de tener al menor entre sus brazos. sintió el alivio, la gratitud y un afecto que no reconocía... pensó que no debía alejarse mucho de él — tal vez sea una gran estrategia, gukkie.
la presión en su pecho se disipó.
los labios de jungkook formando una sonrisa en su cuello se encargaron de ello.

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⏰ Last updated: Oct 24, 2020 ⏰

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Ese día lluvioso [Jikook/Kookmin]Where stories live. Discover now