Capítulo 02

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Narrador Omnisciente

—Hola.

Otra vez.

Pensó.

La miró de reojo una vez liberó un monosílabo desanimado. Luego desvió su atención a los demás niños que corretean en los juegos, a lo que, haciendo un movimiento con el mentón, los señaló.

—¿No vas a jugar? —preguntó desganado.

Pero una risilla proveniente de ella lo desconcertó, por lo que frunció el ceño.

—¿Puedo almorzar contigo? —cuestionó, sentándose a su lado, evadiendo la pregunta—. Mi tutor insiste en que debo tener energías para jugar —prosiguió, sacando de la lonchera dos sándwiches—. ¿Gustas? —sostuvo tendiéndole uno, a lo que él se encogió.

Ella elevó una de las cejas.

—¡No seas así! ¡Tienen tomate! —chilló abrumada por su indiferencia.

De todos modos, la atmosfera se vio estropeada, Lizzie tuvo que desviar su atención para atender a los tres niños que están de pie enfrente de ambos.

—Tú eres la nueva, ¿verdad?

Ella asintió sin dudarlo, brindándole una sonrisa a los tres presentes, pero la carcajada de ellos la dejó en blanco.

—Toma nota, nueva. Aléjate de ese monstruo antes de que sea tarde. Él es alguien débil —canturreó Trevor.

—Ser hijo del líder no lo salva de ser una... —guardó silencio, el más pequeño, llamado Félix, observando cómo la niña se puso de pie.

—¡Cállate! —gritó furiosa, sorprendiendo a todos—. ¿Por qué hablas de esa manera de él? —prosiguió, lanzándole un sándwich a la cara.

—Está loca... —murmuró. El chico de cabellos rubios, Bennett, el único de los tres que por el momento no había hablado.

—¿Y? ¿Tienes algún problema con eso? —retó, inclinándose hacia él—. Estúpido —dijo burlona, enseñando la lengua.

—Al parecer necesitas una lección, humana.... —murmuró con malicia, mostrando sus colmillos de leche.

El más esbelto de los tres niños, Trevor, dio un paso en su dirección. Él supera el tamaño de Lizzie, la misma que le está plantando cara sin inmutarse.

Y es eso lo que más le fastidia, al bravucón del salón, que se impongan cuando son más débiles. Además, no piensa tolerar el hecho de que le lanzó un sándwich a Félix.

Se tronó los nudillos antes de levantar el puño derecho para estamparlo en el rostro de su nueva compañera, pero él jamás llegó a su destino.

—Déjala —exigió luego de haber golpeado, sutilmente, la muñeca de Trevor para desviarla de Elizabeth.

Los tres abrieron los ojos cuando Aren se interpuso entre ellos y la chica. Siendo algo inusual en él la razón de defender a alguien cuando está en problemas.

—Déjala, Trevor —demandó sin ninguna expresión en el rostro, pero la carcajada de este lo hizo rechistar con sonoridad.

—¿O qué? ¿Vas a golpearnos? —cuestionó Bennett, inclinándose para escupirle las zapatillas.

—Voy a quebrarles un brazo —confesó, aferrándose a la muñeca de Trevor haciendo presión en ella.

En cambio, él en un movimiento brusco se liberó del agarre de Aren, quien por lo visto es alguien audaz cuando se lo propone.

Sangre de Lobo © BORRADORWhere stories live. Discover now