No me sueltes ~~~~(bsd, Soukoku)

Capitulo 4

- Solo disfruto la vista, Chuuya- le respondió mientras sonreía satisfecho al ver la mirada de odio que le dedicaba el pelinaranja al otro lado de la azotea.

-Bien, entonces aléjate del borde, si no caerás y nadie te salvara - le dijo casi en un grito, sus palabras cortaron el sonido del viento para lograr llegar a los oídos del castaño, quien se dio la vuelta, para poder volver mirar la ciudad.

-Chuuya, estoy cansado...- le respondió el castaño sin dirigirle la mirada, el pelinaranja solo se quedó ahí, no se movió.

-Jamás entendí porque tienes esa necesidad de buscar la muerte a donde quiera que vas- le dijo el pelinaranja sin prestarle mucha atención.

-Te equivocas- le dijo alzando la voz, algo que sorprendió al pelinaranja, que ahora estaba más curioso por lo que el castaño le diría a continuación.-Yo no busco a la muerte-.

-De qué hablas bastardo?- le respondió con una voz un poco irritada.

-Aunque le teman a la muerte, las personas no dejan de acercarse a ella, yo solo quiero adelantar un evento del que no se puede escapar-.

Hubo un silencio largo, pequeñas gotas de lluvia empezaban a caer, la tormenta cada vez se iba acercando, el castaño pudo divisar con sus ojos color café como en la distancia el cielo se iluminaba rápidamente con una luz blanca, un relámpago, que solo unos minutos después emitió un ruido ensordecedor.

-O-oye caballa, una vez que empiece a llover podrías resbalar y caer- el castaño noto casi de inmediato el nerviosismo en la voz de su compañero, pero aun asi, no se volteo para verlo.

-Que no sería maravilloso? caer de esta altura? podría quebrarme varios huesos, podría lograr al fin mi cometido- le respondió el de vendas mientras miles de ideas recorrían su mente; por otra parte, el pelinaranja se tensaba cada vez más por las palabras que decía el castaño, pero no podía perder su cordura, así que decidió mantenerse lo más frío posible.

-No seas estupido, ya vamos-le dijo el pelinaranja mientras se daba la vuelta para entrar al edificio, pero el castaño no lo siguió -Dazai, ya te lo dije, si te caes nadie te salvará-.

El castaño sonrió -Ni siquiera tu? Chuuya?- el pelinaranja solo pudo mirarlo, no sabía como responder, ni siquiera el sabia como reaccionar si el castaño se tiraba.-Si...eso creí- le dijo el castaño rompiendo ese silencio incómodo que se había formado entre los dos.

-Chuuya, estoy cansado. Estoy cansado de todo lo que tengo que llevar y soportar, estoy cansado de no poder pertenecer a ningún lugar, estoy cansado de que el vacío dentro de mi se expanda, estoy cansado de vivir- suspiro el castaño -Tal vez sepas que detesto el dolor, pero me di cuenta de que si quiero acabar con este peso encima mío rápido no me queda más remedio que aguantarlo; después de todo, no importa cuánto me duela, se que será momentáneo, y no durará mucho . Es lo mejor que podría hacer-.

El pelinaranja se paralizó, de verdad que no sabía cómo reaccionar, los intentos anteriores de suicidarse empezaban como bromas, además de la ardua búsqueda del de ojos cafés por métodos que no le hicieran sufrir tanto; pero este, este era diferente, el color en los ojos de Dazai se había esfumado, no se veía ningún sentimiento, solo se veía un poco de determinación, se veía que iba en serio, y Chuuya no estaba preparado para dejarlo ir, la razón? Ni siquiera él lo sabía, simplemente no se podía imaginar una vida sin el castaño.

Las gotas empezaban a aumentar su grosor, el viento soplaba cada vez más fuerte, los relámpagos y truenos aumentaban, y el castaño seguía en el borde de aquel edificio gigante.