Siento su mano acariciar mi miembro por encima del pantalón, me aparto de él y sus labios van a parar a mi cuello, el cual chupa y muerde sin consideración.

—No la hagas tan notoria –musito entre gemidos.

Él hace caso omiso a mi petición y sigue enseñándose con mi cuello. Luego de no sé cuánto tiempo, su mano se detiene y la aparta, al igual que sus labios, lo miró escéptico sin poder entender su accionar. Estoy hecho un lío.

—Esta es mi forma de mantenerte despierto.

Lo miro incrédulo sin entender a lo que se refiere.

—Ahora trata de dormirte con ese bulto en tus pantalones —y apenas dice eso, va hacia la puerta, le quita el seguro y sale por ella.

¡Estúpido! ¿Cómo pudo hacerme esto? Ya no tengo sueño, el me calentó tanto que quería que me tomara en ese momento.

¿Es que él está fresco? No creí que lo soportaría.

Vuelvo a abrir la llave para mojarme de nuevo la cara y calmarme un poco, estoy a punto de entrar a un cubículo y tocarme pero toca el timbre de la siguiente clase. Yeonjun consiguió lo que quería, que este en clases con una maldita erección.

Camino como puedo y evitando a la gente por los pasillos, lo que menos quiero es que las personas me vean raro por tener un bulto en mis pantalones, no quiero ganarme la fama de promiscuo. Entro al aula rápidamente y me siento dispuesto a escuchar al profesor y marcharme lo más veloz que puedo.

—Hyung, veo que ya se encuentra mejor —murmura Hueningkai—. Aunque parece un poco alterado —me sobresalto—. ¿Pasó algo?

—No paso nada, es sólo que estaba buscando algo de comer y tocó el timbre.

—¡Oh lo siento hyung! Esta vez no pude comprarle nada.

—No te preocupes, ya pronto iré a casa.

Agradezco que no diga nada más, aunque ya no tengo sueño y lo que menos quiero hacer es dormir, no puedo evitar la incomodidad que siento entre mis piernas, no ha bajado y el tiempo que ha pasado debió servir para que lo haga. Giro levemente el rostro a la derecha y noto una sonrisa ladeada en Yeonjun, el idiota sabe lo que estoy sufriendo y está disfrutándolo, baja su brazo izquierdo y su mano roza tenuemente mi cadera, eso provoca que me ponga más duro.

¡Lo odio! En serio que lo odio.

No puede estar haciéndome esto.

La clase pasa más rápido de lo esperado y el timbre suena estrepitosamente, agarro mis cosas y salgo del aula a tropezones, no pienso quedarme ahí y ver como Yeonjun se burla, comienzo a correr a la salida del edificio y veo a Soobin.

—Lo siento Soobin, debo encargarme de unas cosas que mamá me ordenó –le gritó cómo puedo–. Nos vemos mañana.

Sigo corriendo hasta llegar a mi casa, ese ridículo maratón me dejó muy exhausto, lo único bueno es que ayudó para bajar la calentura que cargaba encima. Entro a mi casa y me dirijo al baño, me ducho rápidamente, me pongo lo primero que encuentro en el armario y me tumbo en la cama, sólo quiero dormir. El celular vibra en el velador y leo el mensaje.


Yeonjun:

Te veías tierno tratando de esconder tu erección.


¿Tierno? ¿Yo? ¿Le parece tierno verme sufrir? Mi corazón se aceleraba de manera desenfrenada, no puedo creer lo que un simple mensaje suyo causa en mí.

Y nuevamente confirmo que lo odio.

Abro los ojos y confirmó en el reloj de pared que es la 1 de la mañana, ¡no puede ser! Dormí 8 horas seguidas y sigo teniendo sueño, además aún no he hecho la tarea, pero sinceramente no deseo hacerla, dije que no iba a atrasarme pero es lo que haré, por suerte debo entregarla en 2 días y la del día ya la hice. Me acuesto nuevamente y me duermo, nadie muere por dormir tanto, ¿no?

I'm in [ Yeongyu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora