los nuevos aliados

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No me esperaba que los hechos se desenvuelvan de aquella forma.

En cuanto llegué a la habitación y toqué la puerta me esperaba que fuera Dylan a quien encontraría al otro lado.

sin embargo me vi cara a cara con... ¿cuál era su nombre? ¿Tanya?

quien quiera que sea no se veía nada contenta, y no podía culparla por eso. en cuanto me reconoció estiró levemente du brazo hacia atrás para darle impulso con su cuerpo y de inmediato supe que me iba a dar un golpe de palma abierta en la mejilla.

sin embargo, aunque pude haberla detenido la dejé pegarme. era mejor que de desquitara en ese momento para que pudiera mostrarse colaboradora al momento de las preguntas.

- también me da gusto verte Tara - mascullé con una mano sobre mi mejilla.

la muchacha pareció horrorizada -¡SOY TAMARA!-

reprimí rodar los ojos justo a tiempo. impaciente, le eché una mirada a la habitación sobre su hombro en busca de james. ella debió de haberlo notado porque cerró aún más la puerta y se paró recta con la intención de bloquearme la vista lo mayormente posible.

- si, lo siento - dije, pero todavía estaba rabiosa. suspiré exasperadamente - mira, lamento haberte mentido y haberte dado falsas ilusiones ¿de acuerdo? estuvo mal, jamás tendría que haber jugado con los sentimientos de una chica, pero justo ahora necesito hablar con james. con ambos.-

tamara arqueó una ceja -¿y por qué piensas que hablaremos contigo? no eres más que un traidor-

sus palabras no me ofendieron en lo absoluto, me llamaron peores cosas en el pasado. la decepción de la muchacha fue evidente al notar que mi rostro permanecía impasible y se limitó a cruzarse de brazos en un gesto que exigía una respuesta.

- porque sé dónde se encuentra Heather - una mentira bastante convincente de mi parte, cuando era yo el que buscaba su información.

tamara soltó un breve suspiro de sorpresa y varios segundos después de mirarme con ojos desconcertados giró la cabeza y sobre su hombro gritó -¡Dylan! -

la cabeza de Dylan asomó tras la puerta y al verme, el dulce, amistoso y pacífico Dylan, se abalanzó sobre mí en un parpadeo con el puño en alto descendiendo sobre mí sin piedad.

podía permitirme satisfacer la rabia de una jovencita escuálida con un inofensivo cachetazo, lo que no podía era permitir que el puño de un ejercitado aunque lento hombre me destroce el pómulo.

al igual que Tamara, Dylan se delató a sí mismo al darse impulso con todo el cuerpo antes de golpear. en silla de ruedas, me fue muy difícil hacer otra más que atrapar su puño en el aire justo a tiempo y doblarlo detrás de su espalda.

Tamara se llevó una mano a los labios asustada y estuvo a punto de gritar cuando lo solté.

- no vine a pelear - dije mientras Dylan retrocedía a tropezones hasta alcanzar a Tamara,quien lo sostuvo del brazo para proporcionarle balance. - vine a hablar. sobre Heather-

el rostro de Dylan se tiñó de rojo y manchas blancas y sus puños se conprimieron aún más. sin duda sus uñas iban a dejar marcas en la piel. - ¿y tú qué derecho tienes a hablar de ella? ¿cómo es que apenas tienes el valor de presentarte aquí imperial y soberano hijo de..?-

- Dylan- exclamó Tamara con una rigidez en la voz que no se relacionaba con su inocente aspecto -él sabe dónde está -

el chico se detuvo, como si se hubiera congelado en el sitio, y me examinó de una manera que proclamaba a gritos que me cuidara de su presencia.

asesina fuera de serie 3 : autodestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora