CAPÍTULO 19

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—Hannah dijo que colaborarías —me recriminó Helio.

—Y estoy colaborando. ¿Acaso no te he explicado cómo están ordenados los archivos de La OLIC para que vayas más rápido? 

—Sí, pero algunos de los documentos de tu ordenador les faltan partes —dijo mirándome de forma acusatoria—. Falta la mitad del informe que me has dado de Joel Adams.

—Eso es lo que tenía —dije mirándole serio.

Apartó los ojos ocultándolos tras la pantalla. Lo más probable era que mi actitud tuviese consecuencias después con Lena, pero prefería alargar todo lo que pudiese mi identidad como Joel. No sabía de qué manera aquella noticia podía afectar en La Rebelión, sin embargo me sentía más seguro sin que se supiese, bastante tenía con ser yo mismo.

Llevaba tres días en ayudando en La Rebelión y en ese tiempo ya había comprendido la amenaza de Lena. Los miembros de La Rebelión no me sacaban de allí a patadas simplemente porque ella me protegía. También había descubierto que no eran los únicos a los que les gustaría darme una buena paliza. Al parecer las bandas no estaban nada contentas con La OLIC, bueno... en realidad nos odiaban a muerte. Pensaban que los habíamos manipulado —algo que tampoco era erróneo— y querían venganza. Por lo tanto que un miembro de mi categoría estuviese en su sector tan panchamente no lo llevaban nada bien. Por eso siempre iba acompañado, si no era por la propia Lena era por su perro guardián o por alguno miembro de La Rebelión. Empezaba a pensar que no estaba tan seguro en el Sector 4 como había creído al principio.

Mi relación con Lena seguía siendo tan tensa como antes. Continuaba teniendo en mente irme de su casa, cada día que pasaba me proponía hablar con ella, si bien siempre encontraba un motivo para posponerlo. Al principio había sido darla tiempo, ahora era que me necesitaban en La Rebelión.

Me volví a centrar en los archivos que me habían designado. Eran sobre los ingresos de los peones en La OLIC. Al principio el tema no me había interesado mucho, sin embargo a medida que iba avanzando en la lectura más inquietante me parecía. Ahora me daba cuenta de que Lena tenía razón, los métodos que usaba La OLIC eran crueles. Se seleccionaban a los niños aleatoriamente, solo se buscaba que tuvieran buena salud, después se ocupaba de conseguir que sus condiciones se adecuasen para que fueran un blanco fácil y no se opusiesen a su incorporación cambiándoles las circunstancias en las que vivían, generalmente con perdidas de familiares o del hogar. De esta forma se garantizaban peones fieles y pagándoles una miseria, porque lo que se gastaba La Organización en el sueldo de esos muchachos era ridículo en comparación con lo que ganaba.

—¡Anda! —dijo de repente entre risas Bobby. 

Bobby, junto a Helio, era mi nuevo compañero. Se había incorporado hacía un día y al parecer el chico no solo era propenso a coger todos los virus que flotaban en el aire también era un bocazas, algo que a mí me venía genial. Sobre todo para sacarle información de "Hannah" y de La Rebelión en general. Así me había enterado de un montón de cosas entre ellas que Hannah antes de que entrase un miembro en La Rebelión se encargaba de conocerlo personalmente y evaluarlo.

—¿Sabíais que Aron...? —No terminó la frase porque le dio un ataque de estornudos. Después se sonó con brusquedad y finalmente aspiró un par de veces su inhalador contra el asma. Yo esperé pacientemente a que terminase, siempre era interesante lo que contaba Bobby—. ¿Qué Aron fue un militar del Consejo? —finalizó por fin. 

—¡Bobby! ¿Quieres cerrar la puñetera boca? —le regañó Helio.

—¿Qué ha pasado con lo de que en La Rebelión no hay secretos? —dije ignorando la mirada de enfado de Helio al verme leer los documentos de Bobby por encima de su hombro.

Sector 0: La Rebelión (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora