Esa pequeña jovencita es para nada exigente. Acepta cualquier cosa que se le dé sin rechistar. Dalia es... una hermosa persona, que hasta hoy en día no se ha terminado de soltar a nuestro alrededor, y eso aunque no lo quiera admitir, es lo que más me duele, ella vivió en la calle por un periodo de tiempo indefinido y fue víctima de un pasado definitivamente tenebroso. Ella no habla de su pasado, parece mantenerlo profundamente cubierto en su interior, lo único que no puede cubrir: las marcas dejadas en su piel, irregulares betas narradas por Sean, que hasta hoy en día no he logrado ver y que desearía nunca conocer, no por el hecho de huir de eso, es más cercano al sufrimiento que tuvo que haber pasado Dalia para que marcas de tal gravedad se encuentren tatuadas en su piel. Me pone enfermo siquiera pensar como fueron hechas.

"Hablaré con mi hermano. Él podrá verla extraoficialmente, no generará problemas para él ni para ustedes" Francis finaliza. Asiento con la cabeza, le agradezco. Inmediatamente, volvemos al trabajo, como si nuestra conversación no hubiese pasado. Como si no me preocupara que Dalila siga sin CDV, por esa razón no hemos podido dejarla al cuidado de nadie, profesionalmente hablando.

El primer día que traje a Dalia todos estaban confundidos, pero ninguno tuvo el valor de preguntarme acerca de ella, excepto Francis, ese joven estaba lleno de dudas, que simplemente no deseaba responder, en ese momento, Dalia estaba un tanto incómoda, pero al final todo salió a la perfección. Otra cosa que transcurría por mi mente era la decisión tanto de Sean como mía de adoptarla, algo muy apresurado a decir verdad, Dalia nunca fue partícipe de la misma, sin embargo, con los días pasar, tanto Sean como yo encontramos su llegada a nuestras vidas como algo necesario. El papeleo se está haciendo, seremos sus tutores temporales por un tiempo, pero la decisión final la tendrá Dalia, ella es la única que puede decidir eso, su futuro, ahora puede decidir por sí misma. Por más que nosotros deseemos quedarnos con ella, Dalia es la de la última palabra, ella es la que tiene que decidir. Pero eso aún no será posible, queremos recuperarla y cuando ya se encuentre bien, poder darle opciones, opciones que no incluirán retenerla en ninguna institución.

Camino de acá para allá en la cocina, verificando que todo esté en orden y que cada platillo se prepare a la perfección. Aun con la conversación anterior con Francis rondando por mi cabeza, Sean había estado buscando en sus contactos algún colega que no se encontrara en servicio y que a su vez estuviera dispuesto a atender a Dalia sin el CDV, la búsqueda no había tenido existo, a pesar de eso, al menos tenemos un doctor en casa, algo que tranquiliza, aunque fuera un poco. No podemos llevar muestras de sangre a ningún laboratorio, puesto todos estos exigían el CDV y si por alguna razón no tenías uno, te referían una institución médica pública. Lo que estamos evitando a toda costa. No somos millonarios, pero estamos dispuestos a usar nuestro dinero en buenos médicos, médicos que no estén bajo la influencia del estado, bajo de la corrupción e inclusive de la trata de blancas.

Después de finalizar un emplatado, dirijo mi vista a Dalia, sentada en el mismo lugar, aunque esta vez tiene su espalda pegada a la pared, observó como lentamente empieza a cabecear, luego vuelve a despertar, tratando de espabilarse se mueve, luce exhausta. Observando el reloj en la pared me percato de la hora, asintiendo con la cabeza, aseguró este patrón. Alrededor de las 3:30 pm Dalia empieza a dormitar, con un cansancio extremo duerme aproximadamente dos horas.

Hoy no podía permitirle caer dormida como solía hacer. Hoy la necesitaba despierta, puesto si seguíamos con este pequeño juego de permitirle dormir cuando ella quisiera no vamos a lograr introducirla en un horario apropiado para ella ni para nosotros. Tanto Sean como yo teníamos el conocimiento de que ella no dormía completo por las noches, pensamos que era algo normal y que con los días se iba a acostumbrar, pero a como va, todo indica que es un patrón que se va a repetir hasta que le pongamos pausa y logremos instaurar un nuevo horario para ella. Un horario sano.

"Dalia, hermosa" la llamo, ella parpadea un poco para después levantar la cabeza, me observa. "¿Me puedes traer un vaso con agua?" Pregunto levemente, Dalia asiente con la cabeza, hace un pequeño brinco para bajar del asiento elevado y se dirige a buscar lo que le he pedido, con suerte ese movimiento le hará espabilarse un tanto más, para evitar que se duerma, al menos evitar una de las siestas sería una ganancia. Me giro en mi eje cuando escucho como el sonido de cerámica se rompe.

Mierda.

Dalia se encontraba completamente inmóvil, sus manos sostenían aquel vaso de agua que le había pedido, a su alrededor se encontraba acerca de 7 platos hechos añicos, fragmentos de todos los tamaños estaban dispersos por parte del suelo de la cocina concentrándose al lado izquierdo de Dalia. Como chef sabia que era algo completamente normal que platos, cubiertos y vasos cayeran al suelo, por dicha razón teníamos más inventario del que normalmente usábamos. Rápidamente, llega con escoba y pala uno de los encargados de lavar y secar los platos. Era algo común que solía pasar con más frecuencia de la que me gustaría admitir y está era una de esas veces. Pero ahora debía de convencer a Dalia de qué no era nada de importancia, claro, primero asegurándome de que se encontrase bien.

"¿Estás bien, conejita?" Pregunto acercándome a ella y al lugar del incidente, ya casi los trozos rotos habían sido recogidos en su totalidad. "¿Dalia?" Pregunto de nuevo, con mis zapatos paso por encima de las astillas restantes.

"Y... o... yo..." repite una y otra vez en bucle. La cocina sigue su movimiento, sin prestar atención a Dalia o a mí. Agachándome la levanto alejándola de los trozos que aún no se han recogido, tomando el vaso de sus manos lo coloco a un costado, manteniéndola firmemente en mi cadera, me dirijo a la puerta trasera de la cocina. Mi camisa se empapa rápidamente.

Doble mierda.

Amarte, Dalia.Where stories live. Discover now