Capítulo 3: La hoja y sus amigos.

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Oficina de interrogatorios:

Era otro día, sé que contar mi historia y dar testimonio de lo que paso era algo tardado, pero tenía que escucharla alguien, en eso llego uno de los oficiales que grababan parte de mi historia.

-Seguiremos con la historia, confirmamos que conocías a los hermanos- Dijo este abriendo mi celda.

-Se los dije- Mencioné sonriendo.

-Continuemos-

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-Esta es tu habitación- Era bastante acogedora, amplia y limpia, deje las bolsas de compra sobre la cama.

-Muchas gracias, Roku-

-Ponte cómodo, si necesitas algo mi hija estará al pendiente- Asentí agradecido.

Pase las siguientes horas ordenando mi cuarto tratando de que se sintiera como en mi vieja casa, deje una fotografía de Gyatso como recuerdo.

-Estarás orgulloso de mi- Hice una reverencia y observé mi cuarto ordenado, me sentía bien con ello.

-Oye, la cena esta lista- Me aviso Zuko.

-Bajo en breve- Conteste, quizás esta nueva seria...buena.

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Interrogatorio (Segunda sala).

-Bien, en vista de que tu compañera no puede darnos información- Dijo el oficial de mala gana.

-Oye, mi amiga puede ver mejor que todos nosotros- Defendí a mi compañera.

-Frente a un juez la palabra de un ciego no puede ser válida, así que empieza a hablar- Suspire pesadamente.

-Bien, todo empezó hace años, conocimos a Aang en la preparatoria- Bueno, hagamos esto una última vez...

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Me llamo Katara tengo 23 años, pero la historia que voy a contarles empieza hace 7 años, cuando tenía 16.

-Es bueno verte otra vez- Saludo mi amiga, para quienes no lo sepan ella era ciega.

-Graciosa- Dije mientras le acompañaba, aunque no lo parezca ella tiene algo que hace que pueda ver las cosas a su modo, es muy perspicaz y bastante atenta a lo que dicen muchos, por ello casi nadie puede mentirle, es sarcástica lo cual me hace pensar que alguna vez quizás tuvo visión, aunque siempre dice que nació ciega.

-Deja de hablar de mi-

Se los dije, sea como sea ella forma parte de todo, al igual que yo, como mencione todo comenzó aquí, en el primer día de clases, al cual llegaremos posiblemente tarde.

-Espera...- Me detuve al recordar que había olvidado algo.

-Déjame adivinar, olvidaste tu carnet de autobús- Si, es tal cual y como recordaba el día.

-No tardo...- Dije dándome vuelta, aun no estábamos lejos de mi casa

-¿Me pregunto cuando se dará cuenta de que yo tengo las llaves?-

Hola soy Toph Beifong, amiga de la despistada de Katara, vivo en los mismos departamentos, ella vive con su hermano y su madre, su padre hace viajes de negocios y manda cartas, yo soy la hija de los dueños de esos departamentos y de una manzana a la redonda así que mucho dinero no me hace falta, a pesar de ello Katara es mi única buena amiga, su hermano también, aunque es muy idiota, pero no lo es tanto.

-Olvide mis llaves- Llego Katara con evidente alteración.

-Déjalo, llegaremos tarde a la parada...olvídalo el autobús se acaba de ir- El ultimo autobús que nos llevaba a la escuela acaba de irse sin nosotras.

-Bueno, será mejor que caminemos- Si bien la idea no estaba mal, hoy no quería sudar en mi primer día a clases, ya suficiente era con tener que volver a presentarme con todos.

-Dame 10 minutos, le pediré a mi madre que nos mande al chofer- Dije mientras marcaba en mi celular, en opciones de acceso rápido tenia 3 números de marcación rápida, Madre, Padre, Hospital, en ese orden.

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Cuando llegamos a la escuela llegamos en la hora de la comida, perdimos las primeras horas, al entrar tuvimos suerte de que no nos viera ni llamara la atención nadie, al menos hasta que entramos al salón.

-El salón no está vacío como pensábamos- Mencione a Toph con un tono neutral.

-Hola- Saludo en voz baja un chico.

-¿Qué? Es imposible estoy segura de que aquí no debía esta nadie- Dijo Toph algo molesta, ella casi nunca se equivoca cuando dice algo.

-Oye el que siempre sepas eso no significa que siempre tendrás razón- Dije molesta, si bien era cierto que era una prodigio en eso que hace, no era razón para sonar engreída.

-¿Quieres decir que ahora mismo está alguien en el salón?- Pregunto aun incrédula, la lleve a su asiento, donde el joven nos miró con cierta intriga.

-Si, me llamo Aang- Saludo este amistosamente.

-¿Ah?-

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Bueno lo demás ya se lo saben entra mi hermano haciéndose el gracioso, le presentamos a Aang quien parece ser nuevo aquí pero no esta tan desinformado sobre los estudiantes famosos de la escuela.

-Parece buen chico- Esa fue mi primera impresión de Aang el primer día que lo conocí, lucia como alguien agradable a la vista.

-Eso dices siempre- Aunque siempre tenia la mala fortuna de juzgar con poco, Toph por otro lado era imparcial y se relacionaba con aquellos que soportaran su carácter y su forma de ser.

-Pero ahora lo digo con total seguridad- Me defendí antes de que me siguiera atacando, ella no dijo nada lo cual era bastante raro ya que siempre aprovechaba para molestarme.

-Parece que sufre...- Comento ella con cierto tono pensativo.

-No empieces con eso- Le dije tratando de aliviar el ambiente, ella siempre tenía la razón con respecto a una persona, si decía que algo ocultaba era porque algo ocultaba, en este caso me quede pensando un poco, no lucia como alguien que estuviera pasando por algún tipo de mal momento.

-Lo digo enserio, algo tiene o le está pasando- Recalco ella, si bien era el chico nuevo y apenas lo habíamos conocido, resulto un enigma que por alguna razón me daba curiosidad saber.

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Al terminar las clases íbamos de camino a los departamentos, aunque pasamos por unas cosas antes, comida unas cosas para la escuela y nos fuimos a casa.

-El chico nuevo es agradable- Sokka hablo de la nada.

-¡Ah!- Grite levemente.

-Tengo el presentimiento de que le pasa algo- Menciono Toph sin darle importancia a mi casi mini infarto.

-Tan pronto y ¿Ya es misterioso?- Pregunto Sokka extrañado, ahora si tenía interés en saber que era lo que Toph había descubierto.

-Solo digo la verdad, ademas nadie y cuando digo nadie es capaz de escapar de mi "vista"- Toph se refería a su forma de saber donde estaban las personas y al hecho de que no supo que Aang estaba en el salón.

-Como sea, no importa mientras no haga nada tonto- Dijo mi hermano, ambos le miramos con cierto expresión de risa contenida, porque mi hermano era mal peleador voluntario.

La Hoja Que Mueve El DestinoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz