3. ix. the day she was reborn

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—Tuvo un ataque de pánico, la tienen en observancia. No le he dicho nada de Remus, una noticia así podría hacer que perdiera el bebé.

—¿Pero ella está bien?

—Está descansando.

—Eso no responde a mi pregunta.

Andrómeda suspiro soltando un par de lágrimas.

—Le clavaron un cuchillo en el costado —confesó sollozando—. Los medimagos pensaron que lo más conveniente era practicarle un aborto para que ella tuviera más posibilidades, pero Tonks se negó. Perdió demasiada sangre, su cuerpo se recupera lentamente pero el hecho de que necesita energía para dos personas dificultad su recuperación. Está sedada y no la despertarán hasta que lo vean conveniente. O por lo menos hasta que sientan que hay una mínima posibilidad de que ninguno de los dos muera.

—¿Quién fue? —Venus tenía un nombre en la punta de su mengua que quemaba y ardía.

—Venus —suplicó Andrómeda.

—¿Quién? —rugió.

—Fue Ella —admitió finalmente—. Fue tu madre junto a dos carroñeros quienes nos atacaron.

Eso fue lo último que Venus escucho, porque después tiro al suelo el espejo sin el mínimo esfuerzo de contener la rabia.

Arrasó con todo lo que se encontró en la habitación. Tirándolo todo y golpeándolo todo a su paso.

¿Tan difícil era que le dejara en paz? Aquella mujer se había impuesto el objetivo de amargarle la vida.

Cayó al suelo de rodillas y soltó un profundo grito de dolor que vino acompañado de unos cuantos sollozos, después de lágrimas, y después de desesperación.

¿Tan mala persona había sido a lo largo de su vida para merecer tanto dolor? ¿Enserio ella se merecía todo aquello?

Y mientras se comenzaba a asumir en la oscuridad, una voz con tono malicioso le hablo en el oído.

¿Y por qué no acabas con todo este sufrimiento? Lo has dicho más de una vez, todo esto no valía la pena. Tú no valías la pena.

Venus dejó de llorar dejándose convencer por aquella voz de su cabeza. Dejándose llevar por última vez por sus demonios.

Les estaba dejando ganar.

No, ellos ya habían ganado. Lo habían hecho hacía mucho tiempo, había intentado ir contra ellos, pero la habían superado.

Le quitarás un peso de encima a todos si te vas, así todo estará mejor.

Y levantándose del suelo, Venus salió de la habitación, sabiendo que todo aquello acabaría por fin.

Te mereces descansar, pequeña Vee.

Si, se merecía aquello.

Y sin un rumbo fijo, Venus se dejó llevar por sus demonios.






[...]






Draco se sentía desesperado.

Nico había ido a buscarlo preocupado y le explicó lo que había pasado.

En cuanto lo supo, Draco corrió para buscarla.

Pero no la había encontrado.

La cena había terminado hacía ya un par de horas, de hecho, eran cerca de las seis, estaba casi amaneciendo.

Había estado toda laño he buscándola por todo el castillo y no había ni un solo rastro de ella.

Regreso a la Sala Común con los hombros caídos y sintiendo su corazón acelerado.

DEMONS, draco malfoyWhere stories live. Discover now