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Sus calmadas respiraciones son lo único que se escucha en el cuarto, nunca pensé que iba a compartir mi cama con estudiantes, en realidad, ni siquiera me había puesto a pensar en eso; me he visto con Dharma únicamente, solo he estado con él así que ver a Nader ahí, posando la cabeza en la almohada de mi amante, me crea cierta incomodidad.

Eso y el que ahora saben lo que ocurre, lo que realmente pasa.

Hago una mueca, salgo de la habitación y solo dejo una pequeña rendija abierta, no quiero que se asusten al despertar o algo similar. Camino rumbo a la cocina, en donde tomo lugar cerca de la barra. Cruzo mis brazos para apoyarlos sobre esta y los uso para poner mi cabeza en ellos, soltando un suspiro cansado. Estoy al límite, quiero beber.

"Él" nos va a encontrar y la vida perfecta que ahora mismo hemos llevado se va a ir al infierno, y tendremos que empezar de nuevo. ¿Cómo? ¡No tengo ni la menor idea!

— Todo estará bien —la voz calmada de Dharma hace que apriete mis manos en puños, no quiero escucharlo—. Karma, sé que no quieres escucharme, pero te aseguro que las cosas van a mejorar.

— ¡¿Cómo?! —me pongo de pie de golpe, empujándole— Esa cosa vendrá por nosotros, he dicho nuestros nombres a otros, ¿si quiera estaba pensando?

— Sí, lo estabas haciendo.

— ¿En serio? Pues no lo pareció en ese momento, pude haber dicho solo el tuyo, pero dije el mío también, ¿acaso soy una idiota?

— De nada iba a servir que mintieras o inventaras algo más; Nader lo vio, ya está condenado —su calmada voz me hace odiarme, pues es el tono que un padre usaría para reprender con cariño a su amada hija— y no hay nada que podamos hacer respecto a eso, solo nos queda mantenerlos a salvo y encontrar a ROV en el proceso.

— ¿Sigues con eso? —suspiro— De seguro ya está muerta o peor aún, ella es "Él". No tenemos por qué seguir buscándola.

— Dhar, tenemos qué. Es nuestra culpa que esta cosa este cerca de ellos —hace una mueca, se pasa las manos tras la nuca peinando su cabello hacia esa dirección.

— No hay forma de que siga con vida si eso estuvo ahí con ella.

— Tal vez no estuvo ahí, dijiste que la casera se quejó por el televisor prendido.

— Kar, vamos.

— Algo podremos hacer, debemos creer en eso —niega con la cabeza, cruzándome de brazos—. Podrías traer el botiquín y ayudarme con las heridas que me dejo tu estudiante, en vez de ponerte malhumorada.

— Cierra la boca —estiro mis brazos hacia sus hombros, él me atrae contra su cuerpo y nos fundimos en un dulce beso, el cual Karma sabe que necesitaba—. Vuelvo rápido —susurro contra sus labios antes de irme a la habitación por el botiquín.

No es de sorprenderse lo rápido que logra calmar mis enojos e inquietudes, pues yo sé que me conoce mejor que nadie, pero ¿está mal que quiera haber estado un poco más de tiempo enojada? Quisiera haberle gritado como he visto que hacen muchas parejas en la calle o en la televisión, incluso en muchos libros relatan las discusiones maritales como algo llamativo y explosivo, pero que lleva a un encuentro sexual pasional. No sé qué tan cierto sea, sin embargo, me encantaría probarlo.

Me pongo de cuclillas frente de mi mueble de noche, abro el tercer cajón y saco el pequeño botiquín el cual en su interior posee una botellita de 250mls, dos paquetes de gazas con seis pares cada una, una caja de curitas y una pomada, todo cuidadosamente seleccionado por mí.

Al ponerme de pie, volteo a ver a los chicos y me quedo ahí sin dar paso alguno; estando dormidos no parecen ser tan diferentes, pues a pesar de ser hermanos, sus rasgos faciales solo se relacionan con el color de sus ojos y el color de sus labios, tal vez para Nader sea poco masculino que sus labios tengan ese tono rosado como si de labial se tratara, pero no se ve mal. Destacan mucho de su color de piel y eso es agradable, a las chicas les gusta el llamativo, somos como aves en ese aspecto.

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2020 ⏰

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Cansados De Estar DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora