No me sueltes ~~~~(bsd, Soukoku)

Capitulo 2

-eso no es de tu incumbencia idiota- le respondió con calma mientras la ocultaba completamente atrás de sí.

- Hmm. Está bien, ahora abre para que veamos tu desordenada casa, Chuuya~-Le dijo el castaño mientras se acercaba a la puerta.

Ante esto el pelinaranja puso los ojos en blanco mientras sacaba las llaves de su bolsillo, al mismo tiempo se sonreía para sus adentros, si tan solo supiera lo bien arreglado que estaba adentro.

-Ohhh! ¡Al parecer el enano no quiere vivir en un chiquero! - dijo el castaño con asombro al entrar al apartamento del mas bajo, todo estaba en su sitio, olía a limpio y casi parecía como si hubiera sido arreglado recientemente, si tan solo supiera que eso era exactamente lo que había pasado.

El ojiazul sonrió orgulloso, lo llenaba de orgullo el hecho de que el castaño viera con asombro cada detalle de su apartamento. El ojiazul contemplo como la mirada del de ojos marrones se llenaba de brillo, era como un niño abriendo un regalo, una expresión tan tierna e inocente que rara vez se veía reflejada en el detective, lo que hizo a Chuuya feliz, el simple acto de haber arreglado su apartamento había hecho que el ojiazul pudiera ver esa hermosa escena del castaño paseándose por su casa con una mirada de asombro. Saliendo de sus pensamientos, el pelinaranja se dirigió a la cocina por las botellas de vino y las copas.

Entro a la cocina dejando la bolsa con los enlatados en el mesón, saco las botellas del refrigerador y lavo unas copas de vidrio. Salió de la cocina con los objetos mencionados anteriormente, el castaño estaba sentado en el sofá, mientras tenía la mirada perdida en el balcón en el que se podía observar parte de la ciudad de Yokohama. Al pelinaranja le preocupo un poco que el detective decidiera abrir el balcón y saltar, formando uno mas de sus intentos de suicidio; pero la verdad el castaño solo observaba la ciudad, con la mirada perdía, no parecía tener esas intenciones.

El castaño se percato de la presencia del de sombrero, volteo y lo miro a los ojos, fue un momento corto, pero fue lo suficiente para que Chuuya se perdiera en esos ojos; Dazai sonrió tiernamente, no había rastro de intenciones de burlarse ni nada de eso, probablemente esa sería la sonrisa más honesta que el mafioso había visto hasta ahora, haciendo que esta le desencadenara una serie de dolores en el estomago y un escalofrió recorrió su cuerpo. Finalmente, el castaño hablo.

-Ya entiendo porque te gusta tanto tu apartamento de noche, tiene una vista muy linda- le respondió el de ojos marrones sin borrar su sonrisa de su rostro.

-C-creo que olvide el quita corchos en la cocina, y-ya vuelvo- tartamudeo el mas bajo mientras dejaba las botellas y las copas en la mesa, y se dirigía a la cocina lo más rápido que pudo.

El pelinaranja respiro con dificultad al llegar a la cocina, estaba nervioso, ¿cómo el castaño podía hacer eso con tan solo mirarlo? Fue una de las preguntas que cruzaron por la cabeza del mafioso en ese momento, dejando eso de lado, busco el saca corchos y decidió que debía dar uso a esas latas de cangrejo.

-Oi! ¡Creo que hoy es tu día de suerte! - le grito Chuuya al de ojos Marrones desde la cocina-encontré latas de cangrejo! -.

-Latas de cangrejo? ¿Porque tendrías latas de cangrejo? - le pregunto el castaño desde el marco de la cocina. - no será que Chuuya ha ido a comprarlas para mí? - le pregunto con un tono un poco serio que alarmo a al más bajo. -Es una broma- le terminó diciendo el castaño mientras ponía una sonrisa burlona en su rostro- Como si Chuuya hiciera cosas así por mi-.

Este comentario relajo un poco al pelinaranja, se levanto y destapo la lata, vertió su contenido en un plato que luego le paso al más alto.

-Solo come si quieres, además acá se dañarán- dijo el más bajo mientras el castaño agarraba el plato con satisfacción.