No me sueltes ~~~~(bsd, Soukoku)

Capitulo 2

-Oh, ya veo- le respondió Atsushi mientras examinaba su mirada, casi parecía como si pudiera ver a través del alma del pelinaranja, cosa que lo asusto un poco- Al igual que a Dazai-san-.

El mafioso necesitaba cambiar de tema rápido, hablar de Dazai lo único que haría seria ponerlo nervioso, pero el albino se le adelanto.

-Hablando de Dazai-san- dijo repentinamente el albino, este comentario termino de asustar a Chuuya, pero prefirió dejar que el menor hablara. – De casualidad sabe que le gusta a Akutagawa? Me refiero, en cuanto a comestibles - pregunto el albino un tanto nervioso.

-Eso que tiene que ver con Dazai? - le pregunto al albino sin perder su compostura.

-Ah, es que Chuuya-san conoce los gustos de Dazai-san, y solo supuse que sería una buena acción como compañero saber algunos gustos de Akutagawa- le respondió el detective sin borrar el nerviosismo de su voz.

-Pues, no es un requisito para ser un buen compañero- le respondió en un tono calmado al detective.

- ¿Si no es tan necesario, entonces por qué Chuuya-san conoce los gustos de Dazai-san tan bien? - le pregunto con curiosidad.

- A-Ah, puesporquees que- El mayor quería hacerse explicar, pero solo pudo balbucear ciertas palabras, las frases no salían de su garganta- ¿Sabes? No hablemos de eso, Akutagawa-kun es un fan de los higos- le respondió el mafioso cambiando exitosamente de tema.

-Los higos? Ya veo- balbuceo Atsushi mientras sus ojos se abrían como platos.

-Así es- suspiro Chuuya mientras sacaba su celular del bolsillo para revisar la hora. Nada mas prendió su aparato y abrió los ojos con preocupación y sorpresa. – D-discúlpame Atsushi tengo que irme- le dijo al albino mientras se dirigía a la caja registradora.

-No hay problema Chuuya-san, gracias por la información- le dijo el albino con tranquilidad mientras reanudaba su visita en el local.

Demonios, ya es muy tarde se dijo para sí mismo el mafioso mientras pagaba las cuatro latas de cangrejo.

Se la había pasado hablando con el albino que olvido que no podía quedarse mucho tiempo ahí, así que agarro la bolsa con una velocidad increíble, se despidió del cajero y acelero su caminata hacia el apartamento, claro, con nada más y nada menos que la comida favorita del castaño, si lo llegaba a ver con las latas de seguro pensaría algo que claramente el ejecutivo no quería que pensara, así que rezo para que el de ojos marrones no estuviera parado en frente de su puerta, pero la suerte no estaba de su lado ese día.

-Chuuya, sí que tardaste! - le grito el castaño mientras se levantaba del piso con una mueca de pereza.

-Tu fuiste el que acepto venir! – le respondió el pelinaranja mientras ocultaba disimuladamente la bolsa detrás de si – Ya que conoces mi horario tan bien debes saber que llegaba tarde.

-Oh? Chuuya, que traes ahí? - le pregunto el castaño al ver como Chuuya escondía algo detrás de sí mismo, cosa que paralizo al más bajo.

-Q-que? ¿Donde? -dijo el de sombrero haciéndose el bobo, estaba nervioso – Yo no veo nada.

-Ahhh! Chuuya~. ¡Si no hubieras parado en una tienda hubieras llegado más rápido! - le respondió el más alto abrazándose a sí mismo mostrando una expresión de que tenía frio- me estaba congelando aquí afuera y nadie me abría, y todo porque viste un sombrero lindo y decidiste parar a comprarlo-.

Ahhh? - le respondió el más bajo con un poco de ira. - no estaba comprando un sombrero! -.

-Ah no? ¿Entonces que estabas comprando? -le pregunto el castaño mientras intentaba ver que había en esa misteriosa bolsa.