Capítulo 10

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El cuarto de Regulus era más pequeño que el de Sirius, pero ambos habían sido diseñados con esmero: cabeceros de madera tallada presidiendo camas señoriales, cortinas de terciopelo, tapices exquisitos y muebles a medida. La decoración sin embargo era opuesta a la suya: todo en los tonos de Slytherin y el emblema de los Black pintado sobre la cama. Las paredes estaban cubiertas por recortes de periódicos sobre Voldemort. Y sobre su lugarteniente. Todo lucía ya ajado y deteriorado por el paso del tiempo.

-Ay, hermano, si te hubieses juntado con la gente adecuada... -suspiró.

Empezó a abrir cajones y a revisar su escritorio en busca de su correspondencia. No sabía si la habría guardado... pero sin duda le tenía cariño a su prima y si ella la conservaba tras tantos años, ¿por qué no él?

La localizó en un baúl bajo la cama. Regulus había utilizado un encantamiento ocultador, pero no era tan bueno como para engañar a Sirius. Todas las cartas eran de la misma persona: en los sobres no había remite, solo su nombre escrito en una refinada caligrafía. Abrió la primera del montón. Dedujo que era la última que él guardó: la respuesta que la bruja le dio cuando él le dijo que iba a llevar a cabo su misión secreta para vengar a Kreacher.

La letra de Bellatrix era entonces elegante, con trazos finos y curvilíneos. Lástima que tras catorce años sin escribir, hubiese perdido el estilo.

Querido Reggie:

Insisto una vez más: no lo hagas. No logro entender que quieras renunciar a todo solo porque Kreacher salió un poco perjudicado. Es muy arriesgado. Si te sucede algo, tus padres se morirán. Eres buen mago, pero Él es el mejor. Creerás que es su vida la que me preocupa, pero es la tuya.

Como sé que no voy a hacerte cambiar de opinión, espera al menos a mi vuelta. Estaré fuera a lo sumo dos semanas más, yo te acompañaré. Mi lealtad hacia mi Señor es absoluta, pero aún así, tú eres mi sangre. Hacen falta dos personas para entrar a la cueva, ¿no? Iré contigo y ya veremos lo que hacemos luego... Pero no cometas la estupidez de ir solo porque fracasarás.

No te preocupes porque Él lo descubra: tengo mi propio pensadero y elimino los recuerdos para que no los vea si penetra en mi mente. Aunque me ha enseñado demasiado bien, hace años que dejó de ser capaz...

Hazme caso, espérame.

Te quiere, Bella.

P.S. Me encanta el colgante, no me lo quitaré nunca.

Sirius se quedó varios minutos sentado en la cama con la carta entre las manos. Seguía sin entender de qué iba el asunto, algo en una cueva que dañaría a Voldemort pero no sabía cómo. Lo que veía claro es que su prima estuvo dispuesta a jugarse la vida por ayudar a su hermano. También que acertó: sus padres murieron poco después de perder a su hijo favorito. Y que probablemente si Regulus hubiese hecho caso y la hubiese esperado, seguiría vivo.

-Pero no, quiso hacerlo solo. Quería ser un puñetero héroe e impresionarnos a todos, el muy arrogante... –masculló Sirius con rabia.

El resto de las cartas eran más breves, se notaba que Bellatrix estaba siempre ocupada, pero aún así se esforzaba por mandarle unas líneas. Le hablaba como a un hermano pequeño, casi como a Narcissa, y pese a ser una mortífaga convencida, le daba consejos bastante sensatos. Confirmó que su prima no consideraba que Regulus tuviese la fe que la causa requería, por eso le desaconsejaba unirse a ellos. Probablemente Bellatrix le habría sugerido lo mismo a Narcissa. Leyó las misivas con miedo a que la que deseaba encontrar no estuviera. Quizá por ser demasiado personal su hermano la había destruido. Pero no, era la última de la caja: la fecha cuadraba. Se trataba de la respuesta que la morena le dio cuando Regulus le contó que Voldemort le había ordenado matarlo.

¿Vienes a buscarme, perrito?Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang