Candy Candy, Mi Final.

129.- Una decisión trae consecuencias.

Michael, Candy, Vanesa, dos enfermeras más y otro Doctor viajaban hacía Caen, en el camión, estaban empezando los días de invierno, Candy había pasado varios meses fuera de América y pensaba que su vida ya estaba mejorando.

Pasaron por una pequeña colina y Candy pudo ver a lo lejos humo, pensaba que había un campamento por allá y no se equivocaba efectivamente había un campamento por allá.

Un campamento en donde habían soldados de América, que habían llegado antes que Candy.

El camión siguió su camino.

Luego el camión se detuvo y el conductor dijo que ya habían llegado, que habían dos entradas e iban a dividirse.

-quiero que tres personas estén en este lado -dijo el soldado apuntando la entrada de la cueva -por si llega a pasar algo estarán cerca del camión en donde se quedará una enfermera por cualquier cosa, ¿voluntarios...?

Candy iba a estar con Michael, no lo iba a dejar pero también quería estar con Vanesa para cuidar de ella.

Pero Candy notó que todos los presentes estaba dudando y luego Vanesa fue la primera voluntaria, entonces Candy sin dudar se ofreció.

-Candy... -había dicho Michael -yo igual oficial... me quedo con las enfermeras...

-Bien... los demás, siganme... la otra entrada esta bajando esta colina... -dijo el soldado guiando a los demás a la otra entrada.

Una enfermera se había quedado en el camión, se llamaba Dolores, estaba asustada Candy lo sabía por su mirada.

-bien chicas... entremos... -dijo Michael siendo el primero en entrar a la cueva.

Candy y Vanesa lo seguían por detrás, Candy estaba preocupada por el Doctor Octavio, quien podría estar dentro, herido o incluso... muerto.

Vamos Candy, deja de pensar esas cosas se dijo así misma.

Michael tenía una linterna e iluminaba el camino, algunas partes de la cueva estaba a punto de derrumbarse Candy sintió ganas de gritar al doctor Octavio.

A lo lejos se escucho la explosión de una bomba.

-¿No que ya había acabado la guerra? -pregunto Vanesa quien se había escondido detrás de Candy.

-la guerra terminó, pero hay bombas en cualquier lugar todavía, los soldados están en busca de esas bombas para deshacerse de ellas... pero al perecer una explotó... y estuvo cerca de aquí... -dijo Michael mirando a su alrededor apuntando con la linterna -no quiero ni imaginarme si hay una bomba por aquí... seria el fin para nosotros...

Candy pensó esa última frase que dijo Michael, no estaba de acuerdo en morir todavía.

Entonces siguieron su camino y escucharon ruidos, alguien pidiendo ayuda con voz baja.

-¿Escucharon? - pregunto Candy arrebatándole la linterna a Michael y apuntando con la luz mas al fondo, entonces vio un cuerpo a lo lejos y Candy corrió hacía el.

-¡Candy! -grito Michael corriendo detrás de ella.

Candy estaba llorando de alegría, era él, el Doctor Octavio, estaba vivo.

-¡Doctor Octavio! -dijo Candy ayudándolo a ponerse de pie.

-Pequeña... -era lo único que había dicho el Doctor Octavio, entonces llego Michael y lo ayudo.

-Señor Octavio... -dijo Michael -¿hay algún otro herido más al fondo? -pregunto.

El Doctor Octavio asintió.

-si... -el doctor no podía hablar muy bien -si... hay una enfermera y otro doctor... que están atrapados no pudieron salir como yo... tienen que ayudarlos.

Candy y Michael asintieron.

-Vanesa... saca al Doctor Octavio, llevalo con Dolores para que lo atiendan, nosotros iremos por los demás.

Vanesa asintió sin dudar mas, y salio con el Doctor ayudándolo a caminar para salir de la cueva.

-Vamos Candy... -dijo Michael y ella asintió.

Se escuchó otra bomba, esta vez estaba demasiado cerca de ellos, como si hubiese dado a fuera, en donde se encontraba el camión.

La cueva empezó a a hacer ruido y Candy y Michael estaban seguros de que estaba a punto de derrumbarse.

Michael agarro a Candy de la mano y la jalo, Michael empezó a correr hacía la salida pero Candy tropezó y ya era demasiado tarde, y las piedras estaban por aplastar sus cuerpos. Michael sin dudarlo cubrió su cuerpo, poniéndose sobre ella, obteniendo todos los golpes de las piedras.

-¡MICHAEL! -había gritado Candy con todas sus fuerzas.

Después del gran derrumbe no se escucharon ruidos.