DÍA 36: Un beso de cita

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Me muerdo el labio para que la sonrisa no vaya a más ante la posibilidad de poder vivir esa primera cita con la morena, y en este momento entiendo que a lo mejor el fin del confinamiento supone tener que adaptarse a una nueva dinámica entre nosotras, pero por primera vez me doy cuenta de que no tiene por qué ser mala, no tiene por qué ser el final.

Quizás me vengo demasiado arriba llegando a esa conclusión porque estoy ignorando la posibilidad de que me esté equivocando y que realmente todo salga mal, pero ahora mismo no me importa mucho, por lo que disfruto del repentino optimismo que deja por las nubes mi ánimo.

Me doy la vuelta para enterrar la cara en la almohada y esconder así la sonrisa que no se me quita y, al removerme en la cama, me encuentro de repente envuelta en olor de Natalia que se ha quedado pegado a mis sábanas por haber dormido con su camiseta puesta. Quizás debería cambiarme de ropa antes de salir de la habitación.

Apuro unos minutos más de relajación en la cama, pero cuando empiezo a sentir que voy a quedarme dormida de nuevo, decido desperezarme un poco para no hacerlo. Me incorporo sentándome con la espalda contra el cabecero y me estiro para alcanzar el móvil de la mesilla.

Lo primero que veo es el mensaje de buenas noches de Natalia contestando al mío de ayer, y ahora, al encontrarme mejor, me da rabia haber sido tan seca, aunque me convenzo de que por un día no pasa nada porque ayer no me apetecía hablar, simplemente quería acostarme y olvidarme del tema. Menos mal que soñar con nuestra futura cita me ha ayudado a ver las cosas diferentes.

Me meto también en la conversación de mi hermana para contestar a los mensajes que me dejó anoche, y echo un vistazo por encima a los grupos a los que no presto mucha atención. Ya que estoy con el móvil, aprovecho para meterme en instagram y mientras carga la aplicación me entran unos nervios terribles, pero unos mucho más agobiantes que los que sentía durante el sueño de la cita.

Me acuerdo del texto con el que acompañé la foto que subí y ya no me parece tan buena idea. Ay madre mía, que seguro que Natalia lo ha visto. Por mucho que sus indirectas sean tan sumamente descaradas, creo que yo tampoco me quedé atrás con mi manera de expresar lo que me pasa con ella, porque poner la frase de la canción que ella subió primero, justamente esa frase, no deja mucho margen a la libre interpretación.

Como si hubiera anticipado los nervios que me iban a entrar por este intento de poner las cartas sobre la mesa, Natalia contestó en mi foto con un comentario que no sé si es en broma, en serio o algún tipo de indirecta, pero consigue arrancarme una carcajada. Lo último que necesitaba para afianzar el buen humor con el que me he levantado esta mañana.

Quizás es porque estaba tan nerviosa que es la manera de mi cuerpo de liberar la tensión al comprobar que no pasa nada por haber puesto eso y que ella no va a reaccionar de ninguna forma extraña, simplemente se ha comportado con su habitual adorabilidad, incluso en un comentario que no pasa de las cinco palabras.

@albxreche: voy a reventar de todo lo que siento

@natalialacunza: igual es por tanto chocolate

Sin ser consciente de la enorme sonrisa que me ha dejado su respuesta, me dispongo a contestar sin complicarme mucho, solo pongo lo primero que me ha pasado por la cabeza al leerlo.

@albxreche: qué payasa JAJAJAJAJA

A pesar de ser tan pronto, en los escasos minutos en los que me entretengo leyendo los comentarios que algunos amigos me han dejado en la foto, nuestra querida vecina Julia parece estar despierta y con ganas de meterse un poquito en la conversación, porque en seguida me aparece su comentario en mi respuesta al de la morena.

CuarentenaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang