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Tabaco, alcohol y perfume.

El olor era increíblemente fuerte para sus pobres fosas nasales. Frunció levemente el ceño mientras se abría paso entre la gente.

No había demasiada, pero sin duda era muchísima más a la que estaba acostumbrado ver.

Bailaban piel con piel mientras bebían licor de la misma copa. Hacían sonidos obscenos que pudo escuchar con claridad incluso teniendo aquella música tan fuerte retumbando en sus oídos. Caminó, tratando de lucir seguro mientras buscaba entre la gente a su castaño novio.

De pronto se dio cuenta de la gran cantidad de ojos que habían sobre él.

No lo miraban con normalidad. Parecían observarlo con detenimiento, juzgando cada uno de sus pasos y las prendas que llevaba. Sintió otro tipo de miradas de repente... Unas que lograban traspasar aquel traje de seda que cubría su piel.

Se sentía expuesto delante de aquellas personas.

Esas eran miradas interesadas, lujuriosas y algunas incluso estaban llenas de envidia.

Tosió, sabiendo de antemano que nadie lograría oírlo si empezaba a llorar. Realmente no entendía el porqué de sus acciones. Últimamente el impulso le ganaba a la razón y no podía evitarlo.

Llamó su atención la hilera de personas tendidas a un lado. Gritaban eufóricos, como locos en realidad mientras aspiraban polvo blanco por su nariz con fascinación. Luego tomaron alcohol, derramando el líquido por su barbilla y hermosos trajes caros. Uno de ellos alzó la cabeza y lo observó.

Su mirada desorbitada e ida, acompañada de una sonrisa que le ocasionaba todo tipo de emociones menos confianza.

Volteó con rapidez, tratando de escapar de aquella zona del lugar en cuanto pudo. Llegó al segundo espacio del local. Allí habían menos personas, sin embargo, se podía sentir con claridad el olor a cigarrillo y sonidos claramente excitados de alguna parte. Decidió que mirar en esa dirección no sería una buena idea y siguió con su camino. Habían unas escaleras, justo en la esquina del lugar que llevaban a un segundo piso. Miró hacia arriba todavía sin subir, rastreando una cabellera castaña que tan bien conocía.

Sonrió, observando que casi en la última mesa se encontraba Jungkook.

Abrió los labios, totalmente dispuesto a gritar su nombre cuando vio con claridad cómo un par de mujeres aparecían detrás de él. Ellas empezaron a tocarlo, masajearon sus hombros y le acariciaron el rostro. No podía observar el rostro de Kook con nitidez, por lo que no sabía si estaba incómodo o no.

Solo supo que no las apartó en ningún momento.

Una de ellas se mostraba especialmente encaprichada con él. Parecía estar a punto de subírsele encima. Según pudo ver, Jeon no le pidió que se alejara... Tampoco vio que hiciera el intento siquiera de hacer que se apartaran de su lado.

Un nudo se formó en su garganta cuando la mujer logró pasar una de sus manos por el pecho del castaño. El muchacho se apartó entonces, pero la acción ya había sido ejecutada después de todo. Jungkook miró su teléfono luego de eso, observando tal vez un mensaje o algo parecido que le había llegado. Entonces lo vio ponerse de pie, empujar a las chicas y despedirse del hombre que tenía frente a él.

Jimin retrocedió sobre sus pasos, no muy seguro de hablar con él luego de lo que había visto. Podría llegar a decir cosas hirientes por la increíble y sofocante sensación en su pecho.

Kook caminó por la hilera de mesas, dirigiéndose hacia las escaleras casi con desesperación.

Estuvo a punto de hallar a Jimin cuando alguien atrapó al rubio en sus brazos. Park dio la vuelta, notando claramente los dedos delgados y largos tomar su cintura. Aquellas uñas teñidas de un hermoso e inconfundible esmalte rojizo le dijeron de quién se trataba.

Ma Sweet Boy- #KOOKMIN- #M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora