Pide un deseo (Niall Horan y tú) TERMINADA

Capítulo 10

El aliento de Niall era agitado en mi oído, mientras volvía a depositar mis pies en el suelo. Sus manos, sin embargo, se cerraron en mi cintura, no dejándome ir a ningún lado. Yo lo único que sabía era que mis mejillas estaban encendidas de color rojo, probablemente por el calor que sentía, no solo ahí, sino en todo el cuerpo, y que me estaba empezando a quemar las venas de lo que ardía todo. Mis labios estaban demasiado sensibles, probablemente hinchados. No, seguramente hinchados, después de la eterna sesión de besos que habíamos tenido contra esa pared, era obvio que deberían estar dos veces su tamaño. Y, por último, sabía que tener la sensación de Niall manteniéndome contra él, respirando en mi oído de manera jadeante, porque yo había conseguido que se pusiera así, e inhalando su aroma una y otra vez, era lo mejor que me había pasado desde el estúpido momento en el que me había despertado en una universidad y no en mi cama con acolchado rosa con nubes blancas.

Era extraño de explicar, sin embargo, si yo me ponía a pensar en mí, la yo que era a los trece años, jamás hubiera hecho algo así, sin importar qué fuera lo que tuviera delante. Pero ahora... era como si no me importara. Era, aún más, como si debiera hacerlo, como si el hecho de no besar a Niall, de no provocarlo, de no disfrutar que me aplastara contra una pared mientras me hacía rodearle la cintura con mis piernas, estuviera mal si no lo hiciese. Mi mente era prácticamente la mía a los trece, pero mis instintos habían cambiado. Y, para ese tipo de acciones, no hay que pensar, solo actuar, dejarse llevar, y ahí era cuando empezaba a actuar como una joven adulta más que como una pre-adolescente con deseos de ser popular.

- ¿Nos vamos?- Preguntó. Y ahí fue cuando, de pronto, todo mi cuerpo más que perder el calor se congeló. De nuevo había empezado a pensar y estaba segura de algo, no tenía ni idea de cómo responder a esa pregunta. Era obvio que esa pregunta tenía una parte implícita que era: "¿nos vamos de la fiesta a algún sitio a acostarnos?" ¿Qué contestaba a eso? Quería estar con Niall, no era él lo que me asustaba, me asustaba lo que podía pasar después de eso. Lo que podía pasar cuando se enterara de que era yo la que estaba al otro lado de la máscara. Si cuando se diera cuenta de con quien había estado me volviera a decir que me odiaba y que me debía ir de su vida de una vez por todas. Además, seguramente iba a empezar a juzgarme por mi comportamiento infiel para con Harry. Pero no era mi culpa, el chico era una dulzura, realmente había empezado a quererlo, pero ni siquiera lo quería tanto como a Louis y a él no lo quería ni siquiera la mitad de lo que lo quería a Nialler. Yo no conocía a Harry. Podía tener algún sentimiento de culpabilidad si después me ponía a pensar que lo había engañado, pero no era que me atormentara a la hora de dormir. Y tampoco quería terminar con él, él me amaba. O bueno, a mi antigua yo, y... seguramente si las cosas no hubieran cambiado, ellos hubieran seguido felices y tranquilos como siempre. ¿Quién era yo para meterme entre ellos? Era algo que todavía no sabía resolver, qué iba a hacer. Y también estaba el hecho de que Niall estaba con alguien, él estaba saliendo con Aria. Lo cual me hacía preguntarme: ¿Qué en el mundo lo había movilizado a engañarla? No parecía el tipo de chico que fuera infiel, el tipo de chico que pensara en cualquier otra mujer cuando en su corazón ya tenía un nombre fijo. Louis me había dicho que ella se había puesto insoportable pero, igualmente, el Nialler que yo conocía, si estuviera harto de eso, le hubiera terminado y después hubiera salido a liarse con cualquier otra persona.

- ¿Qué?- Pregunté fingiendo no haberlo escuchado. No se me ocurría ninguna otra reacción para tener. Eso me iba a ganar tiempo para decidir cuál era el mejor paso que podía dar.

- Qué si quieres irte de la fiesta-. Volvió a preguntar en mi oído en un susurro que hizo que toda mi piel se estremeciera. Sonreí ante la reacción y pude ver que él hizo lo mismo. Debía ser una caricia para su ego ver que podía causarle eso a una chica. ¡Hurra para él!