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A la mañana siguiente fue directo a la escuela, esperando a que terminaran sus clases para ir al bosque.

Scott logró ver lo ansioso que estaba, notando como veía el reloj cada cinco minutos. En la salida se interpuso en su camino antes de que corriera a su Jeep.

—Stiles, hoy quedamos la manada y yo en salir, ¿vienes?

—No, yo —Stiles miraba la puerta detrás de Scott—. Tengo cosas que hacer.

Intento pasarlo, pero Scott lo tomo del brazo.

—Stiles, ¿qué pasa? He notado que estos días te casi no sales con nosotros, y hay mañanas que hueles a bosque. Sabes que hay un omega asesino haya afuera. No puedes estar solo.

Stiles frunció en seño y zafó su brazo.

—Scott debes dejar de tratarme como un niño, sé que soy humano, pero no soy un idiota.

—Lo sé, pero eres mi amigo y me preocupo por ti.

—Lo agradezco, pero debo irme.

Cuando subió al Jeep dio un suspiro aligerando aquel sentimiento que se formó después de las palabras de Scott, un asesino, Stiles sabía que no era así, él lo sentía ¿Por qué no me había matado, entonces?

Recordó algo que le había dicho Deaton hace unos meses, sobre el muérdago y el mountain ash. Antes de ir al bosque pasó a la veterinaria.

—Stiles, ¿pasó algo? —pregunto Deaton.

—No, quería preguntar algo.

—Dime, Stiles.

Le contó lo de la bestia omitiendo que lo conocía y que ha estado yendo a verlo. Le pidió mountain ash y muérdago para sentirse más seguro, Deaton le dijo que si lo llevaba puesto podía ocultar su olor. En una pulsera puso un poco y le la puso en su muñeca.

—Gracias, Deaton.

—Cuídate, Stiles.

Stiles solo sonrió y se fue al bosque. Dejó el Jeep aparcado lejos del lugar y camino hasta la mansión.

—Derek —saludo cuando lo vio sentado en las escaleras de la entrada, levantó la mano saludando.

Cuando lo alcanzo se sentó a su lado. Hablaron un rato, bueno Stiles hablo, Derek escuchaba.

—Derek, ¿quieres ir un día de estos a comer? Dices que tienes ropa, y los cazadores no reconocen tu rostro...

—Stiles, no creo que sea buena idea. Todavía hay hombres lobo haya afuera, me pueden oler.

—Cierto —Stiles miró su reloj, dándose cuenta que había llegado su padre a la casa—. ¡Mierda! debo irme, regreso mañana.

Cuando llego a la casa vio la patrulla y maldijo en un susurro. Al entrar a la casa vio a su papá en la cocina.

—¿Dónde estabas?

—Perdón, padre, salí con la manada y se me hizo un poco tarde.

—La próxima vez avísame, por favor, estaba a punto de marcarle a Scott.

—Sí.

Al ver que no le dijo nada más se tranquilizó hasta que vio un sartén en la estufa, su padre no estaba acostumbrado a cocinar y por lo general se le quemaban las cosas.

Después de una semana pensándolo y aprovechando el turno de noche de su padre, lo hizo. Consiguió una canasta, preparó unos sándwiches y corto fruta e hizo caras con los trozos, una con una conocida con el ceño fruncido, lo guardo todo junto unos jugos en cartón. No tenía ni licencia ni dinero para comprar vino o algo así. Doblo un mantel y tomo unas luces de navidad blancas. Las subió al Jeep y se fue al bosque.

Al llegar con la pulsera Derek tardaba en darse cuenta que había llegado, eso le dio oportunidad de arreglar todo. Fue a la parte de atrás de la casa y se alejó un poco. Puso el mantel en el piso y la canasta en medio, y con ayuda de una batería portátil y un adaptador puso las luces en lo que alcanzó de los árboles.

Se acercó un poco más a la casa y grito su nombre. Apareció Derek a un costado de la casa con los pantalones que le había traído Stiles.

—¿Qué haces aquí a estas horas?

—Quería darte una sorpresa.

Sentados en el mantel Stiles abrió la canasta y saco los sándwiches. Derek soltó una risa y en seguida se puso serio. Stiles sintió que su corazón se le saldría e cualquier momento. Derek se aclaró la garganta y Stiles regresó en sí. Después de comer los sándwiches saco la fruta, al abrirla se dio cuenta que se había deshecho.

—¿En serio? -frunció el ceño e intento arreglarlo.

—¿Qué pasa?

—Yo... yo te había hecho una sorpresa, y ahora está todo revuelto.

Derek tomó sus manos, estaba a punto de tirar todo, pero su tacto lo relajo. Stiles levanto la vista encontrándose con los ojos brillantes de Derek por las luces.

—Stiles —empezó Derek—. Hay algo que quiero decirte.

Se quedaron viendo mutuamente. Stiles no quería decir nada, no podía, no ante esa mirada.

—Gracias, por verme.

—Es obvio que te veo -se estaba sintiendo muy nervioso, sabía que en cualquier momento iba a empezar a hablar sin parar.

—No me refiero de esa forma. Tú no sabes mi historia, y aun así no me juzgas, no me tienes miedo.

Su corazón iba a reventar, esas palabras, más sus manos sobre las suyas, más su vista penetrante. Sentía que podía leer su alma. No se percató cuando se acercaron tanto, cerro sus ojos, sentía su corazón en la garganta.

Se sentía en un sueño hasta que se despertó.

A las luces se le acabaron la batería, lo cual hizo que la burbuja donde estaban se reventara. Se alejaron el uno del otro y dejaron de tocar sus manos. Derek se aclaró su garganta.

Cuando terminaron de comer Derek le ayudo a recoger las luces mientras el sacudía y doblaba el mantel.

—Gracias por la cena.

—Sí.

Se sentía tan incómodo el ambiente que ni se despidieron bien.

Al llegar a su casa Stiles acomodo todo y se recostó en su cama soltando un gran suspiro. ¿Estaba a punto de besarme? No creo, ¿y si sí? Tapo su rostro y resoplo.

Estaba a punto de quedarse dormido cuando escucho como se abría su ventana. Quito el brazo de la cara y se sentó deprisa, no pudo evitar su reacción de sorpresa al ver a Derek entrar por su ventana.

—Derek, que haces aquí —se acercó a él—, si olfatean tu olor sabrán que estuviste aquí y...

Derek lo tomo del rostro y lo beso, callando sus palabras.

Cuando se separaron Stiles todavía tenía los ojos cerrados, los abrió cuando escuchó su voz.

—No podía dejar que pasara hoy sin hacer esto. Stiles, no sé qué hiciste, en serio. Hace 7 años me prohibí volverme a enamorar, pero joder, sí que insistes.

—Pero, ¿cómo te diste cuenta?

—Antes de que usarás eso —señalo su muñeca—, podía oler tus sentimientos. Además de que no importaba cuantas veces te amenazara, tú volvías.

Se sentaron en la cama, esta vez se sentía algo diferente en el ambiente. Después de tanto tiempo quería preguntárselo.

—¿Por qué tus ojos son azules?

Derek suspiro, en algún punto tenía que decirlo.

—Hace siete años y medio, conocí a una humana, ella estaba en mi escuela. Fue mi primer amor, todo iba bien, hasta que mi tío me manipuló para que la convirtiera en lobo. No soporto la mordedura, estaba sufriendo. Realmente soy un asesino.

Soltó una lágrima y Stiles lo abrazo.

—No lo eres, yo lo sé —le sonrió y Derek volvió a besarlo.

Esa noche jamás la olvidaría.

Peligroso - SterekWhere stories live. Discover now