1

2.7K 185 24
                                    

  La manada ya no lo tomaba en serio, siempre usaban la excusa de que solo es humano. Él sabía que valía para algo más que para verlos pelear, lo sentía.

Aquí todos o la gran mayoría de sus amigos son sobrenaturales, todo comenzó cuando Scott y él se adentraron al bosque a buscar un cadáver. Al final, Scott lo encontró y fue mordido por un hombre lobo. Después Lydia fue mordida, pero no se convirtió en mujer lobo, sino que se convirtió en Banshee.

Tiempo después supieron quién era el alfa, el cual mató a la hermana de un cazador, semanas después lo atraparon estos. Scott se hizo amigo de ellos porque su hija, Allison comenzó a salir con él. Además, solo cazaban a aquellos lobos que mataban inocentes, los cuales tenían los ojos azules.

Se comenzaba a rumorear que un lobo había llegado a Beacon Hills. Un hombre lobo, pero no cualquier hombre lobo, un omega, y además le había quitado la vida a uno o varios inocentes.

Obviamente los cazadores estaban detrás de él, pero no lograban encontrarlo.

Entonces lo decidió, en una mochila puso aquello que creía que le serviría: una cuerda, una linterna, un sándwich y un agua. Y en mano su bate. Se llevaría un cuchillo, o un arma, pero digamos que es más probable que le dispare a un árbol a un metro de él que a alguien.

Fue en busca de él, lo que quería era encontrar su guarida y avisar a la manada para que le tomarán más en cuenta. Así que cargó bien su celular y condujo su Jeep lo más cerca que pudo para no hacer ruido.

Bajó del carro y sacó la linterna de la mochila, con una mano tomaba la linterna y con la otra su bate. Llegó a una casa antigua en medio del bosque. Los cazadores ya habían venido aquí y se lo habían topado, pero lograba escapar. Por eso fue su primera opción, quería averiguar si seguía aquí.

Al empujar la puerta de la casa rechino, parecía que la casa caería en cualquier momento. Camino despacio para que la madera del suelo no rechinara demasiado.

—¿Quién eres? —gruñó.

—Ahhhh —llevo una mano a su pecho soltando la linterna. Enseguida tomó el bate con las dos manos y retrocedió unos pasos—. ¿Cómo?

—Esa cosa que traes en la mochila apesta hasta el otro lado del bosque —puso una cara de asco.

Pudo preguntar cualquier cosa, buscar una forma de huir. Estaba frente a un omega de ojos azules, transformado y bastante molesto. Pero era Stiles, y lo único que dijo fue:

—Solo había atún. Si hubiese podido lo habría hecho de jamón con queso y a lo mejor algo de lechuga, pero ya no había. Diablos, ya me dio hambre.

Y ahí estaba el Stiles que todos conocemos, el Stiles parlanchín. El lobo aún más molesto lo empotro contra la pared tomándolo del cuello.

—Cállate, o cortaré tu garganta con mis dientes.

Stiles paso saliva y sintió como si un ratón le hubiese mordido la lengua.

El lobo se alejó.

—Lárgate, a la próxima no tendré piedad contigo.

Y así huyo de ahí, Stiles se quedó un minuto más ahí estático, pensando Ese hombre estaba desnudo.

Realmente no sabía muy bien que esperaba que pasará, desde el principio no sabía si funcionaria eso de llegar y alertar a la manada. Terminaría viéndose más como un idiota.

En eso recordó un caso que tuvo su padre hace 9 años, el incendio de una casa llena de personas en medio del bosque, era la misma donde había estado horas atrás.

Peligroso - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora