━ 𝐋𝐗𝐈: Hogar, dulce hogar

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El corazón se le encogió dentro del pecho cuando reconoció a su hija en la distancia. Se llevó una mano a la boca, con los ojos anegados en lágrimas de felicidad y alivio. La emoción que la embargó fue tal que ni siquiera se percató de que fue Ubbe Ragnarsson quien ayudó a Drasil a bajar del drakkar. Instantes después vio a Eivør, lo que provocó que Hilda emitiese un sonido ahogado.

La llamó con voz estrangulada y, cuando sus miradas se encontraron tras estar tanto tiempo alejadas la una de la otra, Drasil no se lo pensó y echó a correr hacia ella. Kaia se preparó para recibirla en tanto las lágrimas rodaban sin cesar por sus pálidas mejillas. Si aquello era un sueño, no quería despertar jamás.

La más joven se echó a sus brazos, resguardándose en ellos como cuando era una niña pequeña y asustadiza. Kaia la correspondió de inmediato, envolviéndola como un escudo protector. La apegó a su cuerpo y la arrulló mientras le susurraba palabras reconfortantes al oído. Le resultó imposible no cerrar los ojos y dejarse embriagar por el familiar aroma que desprendían sus ondulados cabellos.

La chispa que se había apagado en su interior, esa lucecita que se había ido consumiendo con el transcurso de las semanas y los meses, volvió a encenderse, titilando ahora con vigor. El dolor y el malestar que le habían generado los últimos acontecimientos parecieron mitigarse ante el contacto piel con piel con su primogénita, quien era el tónico perfecto para su maltrecha alma.

—Los dioses te han devuelto a mí —pronunció La Imbatible sin dejar de abrazarla—. Mi pequeña... Mi dulce niña... —Notó cómo Drasil se aferraba más a ella, sollozante, por lo que le acarició el pelo en silencio.

Una vez que ambas se hubieron serenado, Kaia tomó a su hija por los hombros y la apartó ligeramente para poder examinarla de arriba abajo.

Por Odín, había cambiado tanto... Cuando partió hacia Inglaterra era apenas una cría, con las facciones todavía aniñadas y un aura inocente rodeándola, pero ahora... Ahora ya era toda una mujer. Hasta su mirada había cambiado.

Drasil, por su parte, también se tomó unos segundos para poder observar mejor a su progenitora. Le alarmó verla mucho más delgada; su piel estaba pálida y apagada, y los huesos de los pómulos y las clavículas se le marcaban de manera exagerada. Su larga melena castaña comenzaba a entrever algunas canas y el cansancio bajo sus ojos le añadía una vejez prematura.

La muchacha tragó saliva, creyendo que su actual estado se debía al tiempo que había pasado fuera de casa. Un ramalazo de culpabilidad la atravesó de lado a lado, cortándole la respiración. Apretó los labios en una fina línea y parpadeó varias veces seguidas para ahuyentar las lágrimas.

Volvió a abrazar a Kaia, repitiéndole una y otra vez que no se marcharía de nuevo, que se quedaría allí, con ella. Su madre fue incapaz de articular palabra, de darles voz a sus pensamientos, de modo que la estrechó con fuerza entre sus brazos.

Junto a ellas, Hilda recibió a Eivør con una resplandeciente sonrisa iluminando su semblante. La seiðkona abrazó efusivamente a su única nieta, apretujándola hasta prácticamente la asfixia y llenándole las mejillas de besos. La joven rio, para luego tomar su envejecido rostro entre sus manos y juntar sus frentes en un tierno gesto. Se habían extrañado tanto que les costaba creer que al fin estuviesen juntas de nuevo.

—¿Dónde está Astrid? —preguntó Eivør, echando un vistazo rápido a su alrededor y reparando en que la mencionada no se encontraba entre ellas, lo que le pareció sumamente raro—. Me sorprende que no haya venido. —Volvió a centrar toda su atención en Hilda, a la espera de una respuesta. Drasil también estaba expectante.

La anciana intercambió una efímera mirada con Kaia, cuya expresión se había tornado mortalmente seria. Aquello no les pasó desapercibido a las recién llegadas, quienes no pudieron evitar alarmarse ante tanto secretismo. La dicha y el gozo que antes habían experimentado por reencontrarse con ellas no demoraron en ser sustituidos por una extenuante intranquilidad.

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