—Explicate mejor Daniel.

—El nuevo tratamiento que se te está aplicando es gracias a mí.

¿Cómo podía ser eso posible?
Tenía que ser una mala broma.
Primero porque mi tratamiento se debía al trabajo de mi médico de más nadie.

—Mi tratamiento lo consiguió mi médico. Médico que sabes que tengo desde los diez años.

—Nosotros le pusimos el tratamiento en las narices, en bandeja de plata Camila, recuerda muy bien que ese tratamiento como muy bien debió decirte, era costoso.

—¿Era?

—Era, ni tu madre ni tú médico saben nada, después de que se hiciera el pedido y con tus datos en la planilla, las personas con las que contacte mandaron un presupuesto muy por debajo de lo que vale.

Ya entendía ciertas cosas, no del todo pero si me aclaraba algunas dudas. Más nunca se habló sobre el costo del tratamiento que se me  estaba colocando.

¿Pero como podían pasar por alto que de un momento a otro el costo bajase tanto?

—¿Pero como tú sabes…? —mi pregunta quedo suspendida en el aire.

—Acepté la condición de mis padres porque antes que nada quería que fueras una persona con alguna esperanza, y yo tenía la mía muy en el fondo, que era no haber perdido tu amor cuando pudiera volver —el alma se me fue a los pies.

—Tu nunca me dijiste nada, no demostraste nada. No me diste siquiera indicios de que no me fallarías Daniel —mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas —Nisiquiera un mensaje que me dejara claro que contaba contigo, que no me habías abandonado.

—Si mis padres se daban cuenta de que estaba rompiendo mi promesa todo se iba a ir al carajo —me tomó las manos —Perdóname por favor, nunca quise lastimarte.

—¿Y como es que estás aquí? ¿Como pusiste volver y romper tu promesa?

—Logré lo que me propuse, y al estar pago tu tratamiento ya no había caso que me quedara a cumplir una promesa que desde un principio no quise cumplir —sus manos acariciaban las mías —Yo solo quiero saber si… ¿Si aún queda algo de mí en ti?

Quedé en shock con todo lo que me dijo, algo que nunca en mi vida podía haber imaginado. Sus padres tenían que ser unas personas muy influyentes para lograr algo de esa magnitud y él una persona demasiado perseverante, pero no podía mentirle, estaba en deuda con él pero ya era tarde.

Planeó algo extraordinario, algo que me daba una esperanza en mi vida, porque por más que no le tuviera fe a ese tratamiento no podía dejar de agradecer que hiciera algo tan grande por mí, no obstante, no podía permitirme mentirle.

Sufrí mucho creyendo que me había dejado, que todo ese amor había sido falso, que nada más imaginar que lo retendría por una enfermedad que se salía de mis manos me había destrozado el corazón, sin embargo ese corazón había sido sanado por alguien más, y en él solo albergaba agradecimiento por Daniel, tanto por haberme regalado lindos momentos, por eso que había hecho, y en el fondo también agradecía que se hubiera marchado, porque le dio pie al amor que ahora sentía por alguien más.

Aunque ese nuevo amor comenzara a levantar barreras que deseaba y soñaba que pudiera vencerlas, y que no fuera algo que acabara con él.

—Te agradezco tanto por esto —lo abracé, sin miedos, y sin rencor —Pero… —me interrumpió.

—Llegué tarde, ¿No es así? —asentí.

—Amo a alguien más —concluí —Él reconstruyó todo, lo que sin querer tu rompiste.

—Camila yo…

—No Daniel, no sabes cuánto agradezco haberme dado el tiempo de oírte, para confirmar y volver a armar a la maravillosa persona que eras, eres y serás —tome sus manos una vez más —Te voy a estar completamente agradecida y nunca voy a tener como pagarte tan bello regalo, pero no puedo darte algo más que mi amistad.

Estaba con un nudo en la garganta. La persona sin corazón que creí que era por marcharse, se había vuelto más grande antes mis ojos, pero no era el mismo sentimiento que tenía hacia él hacía un poco más de un año atrás.

Me partía el alma que no fuera sido sincero, de haberlo sabido se fueran evitando muchísimas cosas. Pero ésta nueva Camila no se arrepentía de nada, y agradecía que las cosas se dieran de la forma en que se dieron.

¡Nunca más me arrepentiré de nada!
Repetía en mi cabeza y lo hice por mucho tiempo.

Me despedí de él, y lo dejé ahí parado, suponía que con el corazón desecho pero fue su decisión, no la mía, teníamos un amor bonito, y antes que nada hubiera preferido que se quedara, mi enfermedad no tenía cura y eso lo tenía claro hasta mi doctor, ó si lo hubiéramos hablado, si lo consultaba conmigo le fuera dicho que no, que lo prefería a mi lado, aun así en algún momento y por unos periodos de tiempo fuéramos estados separados por su sueño, porque en ese tiempo sus sueños eran los míos, y que los cumpliera pensado en mí, me llenaba de orgullo.

Me encontraba en un camino empedrado, caminando descalza, cuyo camino me llevaría a cumplir una meta de mi vida, sabía que no seria fácil, que mis pies puede que aveces no soportaran el dolor, que esas piedras se calentarían, y que mis piernas se cansarían, no obstante, me tomaría de cualquier objeto para ponerme de pie, y pondría mis manos para evitar una caída, pero me levantaría costara lo que me costara.

Mis amigas notaron mi cara larga, la tristeza que demostraban mis ojos no podía ocultarse con nada.

—¿Qué pasó?

—¿Que te dijo?

—¿Estás bien?

Una tras una fueron las preguntas que mis amigas hicieron al llegar a su lado y ver mi ánimo peor que cuando salimos de aquella academia donde se llevaría acabó el concurso.

Les resumí todo lo más rápido que pude, las mandíbulas de mis amigas estaban casi rozando el suelo, quedaron igual o peor de sorprendidas que yo.

—Es cierto lo que dices Cami —opinó Esme —Fue su decisión y por más agradecida que estés fue muchísimo tiempo, el cual te dio para sacartelo del corazón, con una mala imagen pero no fue tu culpa.

—Si, debió consultarlo contigo primero, una decisión apresurada no da buenos resultados, y es muy bello lo que hizo pero si ya no lo amas no se puede hacer nada más que darle tu amistad si aún te nace —Abi se sinceró.

—A mi la verdad me vale —todas miramos sorprendidas a Laila —¿Qué?

—¿Cómo vas a decir eso Laila? —la reprendió Esme.

—Pero es así, por intentar dárselas de héroe le rompió el corazón a Mila, cuando a ella no le importaba eso, lo quería a él, y sin consultar se fue dejándola hundida, se le agradece el esfuerzo, pero de preferencia querría una persona guerrera al lado de mi amiga, que le haga ver la vida como es, sin intentar maquillar nada, que la motivará —se cruza de brazos.

—Solo quería darle una esperanza —opina Abi.

—Una esperanza a partir de un corazón roto Abigail. ¿Por qué no buscar una esperanza junto a ella? ¿Apoyarla? ¿Ir con ella a cada consulta? ¿Motivarla a vivir y aceptar su destino? —agitaba los brazos —Es mejor ser claros, que Mila acepte sus debilidades y fortalezas, no más tratarla como a un globo que se romperá.

°°°°

Domingo de actualización.
Cuéntenme qué les ha parecido.
Si fue tan malo como pensé en un principio 🤣
Déjenme saberlo aquí 👉
Espero sus opiniones.
Besos
#Gely

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Where stories live. Discover now