No me sueltes ~~~~(bsd, Soukoku)

Capitulo 1

Mientras Chuuya se perdía en sus pensamientos, Dazai no le quitaba la mirada de encima; conocía a Chuuya desde los 15 y como bien había resaltado antes, Dazai conocía cada aspecto de el, hasta el más mínimo detalle. Ahora bien, Dazai se enfoco en la mirada de Chuuya, y pudo contemplar como poco a poco esta se iba oscureciendo. La mirada de Chuuya; desde la perspectiva de Dazai, tenia unos toques de rabia, de melancolía y de tristeza, algo que no veía en esos ojos azules hace ya un tiempo. Le extraño ver esto, pero las piezas encajaron al ver que era lo que el Pelinaranja observaba con tal detenimiento. El castaño sintió una extraña necesidad de interrumpir los pensamientos de Chuuya de inmediato, así que hablo.

-Estas buscando alguien enano como tu entre la multitud? – dijo finalmente Dazai en tono de burla. Chuuya solo le dirigió una mirada de fastidio, no quería hacer otra escena que pudiera incomodar a los comensales. No dijo nada. El mas alto se dio cuenta de que las burlas no lo sacarían de sus pensamientos, así que adoptó un tono más serio.

-Chuuya, deja de buscar algo que no puedes encontrar- le dijo con seriedad.

- ¡¿Crees que no se que es imposible bastardo?!- dijo el mas bajo con furia, lo había sacado de casillas, pero eso era precisamente lo que el castaño quería. Él quería que se desahogara con él, no que guardara esa tristeza en su interior, donde le puede hacer mas daño del que debería.

-Se que lo sabes, no me atrevería a subestimar tu conocimiento sobre ese tema- respondió el castaño en un tono calmado. -pero por mas conocimiento que tengamos de algún tema, la curiosidad y la necesidad nos arrastra hacia él. Y sabes que no te hará nada bien-.

Esto saco totalmente de casillas al más bajo, se levantó hecho una furia y agarro a Dazai del cabello acercándolo más a él.

-Dazai ni te atrevas a darme tu pésame porque juro que te destripare si lo haces- exclamo Chuuya en casi un susurro para luego aventar al mas alto con fuerza devuelta a su silla, pero él no se sentó. En ese momento su mirada se oscureció otra vez mostrando una inmensa tristeza.

- ¡Tú eres repugnante, la más repugnante persona que he conocido! - le grito al castaño. – Eres un maldito maniático suicida que vaga por la vida buscando métodos para acabar con esta, desprecias la vida que te han otorgado por el simple hecho de parecerte aburrida ¡¿sientes que tu vida es miserable?! Tu vida es mucho mejor que la mía aun cuando detesto admitirlo- dijo el más bajo al borde de las lágrimas, su voz empezaba a temblar. – A ti alguien al menos, muy en el fondo de sus corazones, ¡alguien quiso tenerte y otorgarte una vida! ¡YO SOLO RECUERDO HABER EXISTIDO! Nadie en este mundo me quiso aquí, no sé porque debería vivir en primer lugar, ¿Por qué no puedo llevar una vida normal?, a nadie le importaría, podría pasar desapercibido por una vez en mi vida. Tal vez al salir, perjudicaría a la mafia; pero después de meses ese hueco se llena con alguien más. Porque al final del día TODOS SABEN QUE NO SOY NECESARIO! NO PERTENEZCO AQUI! NO SOY NADIE EN ESTE MUNDO! NO ENCAJO AQUÍ! ¡NI SIQUIERA SOY UN MALDITO HUMANO! ¡NO SE NI PORQUE ME DESGASTO HABLANDOTE MALDITO SUICIDA! S-sé que no te im-importo ni lo más mínimo-grito el Pelinaranja mientras de sus ojos se desbordaban unas delgadas perlas que humedecían su cara.

Dazai quedo estupefacto, la verdad esperaba que el más bajo se desahogara con él, eso era claro, lo que no esperaba era que le contara que sentía, y mucho menos esperaba que una persona con la fortaleza que caracterizaba al ejecutivo de la mafia, le hiciera daño algo al punto de hacerlo derramar sus lágrimas.

Para empeorar la situación, ninguno de los dos se había percatado que la mesera había llegado con su comida, estaba parada he igual de sorprendida al más alto, finalmente se aclaró la garganta y el Pelinaranja se sentó, secándose las lágrimas y mirando para otro lado. La mesera dejo en la mesa la comida, y se retiró. El de sombrero miro con timidez a su alrededor, nadie más que la mesera y el castaño habían escuchado su escándalo, suspiro con alivio.