05 ♣El crimen fue cometido

Start from the beginning
                                    

—Tenemos que hacer que la saquen.

—Ezra —toma el cuello de mi camisa—. Tienes qué, eres el jefe de esta familia, deja de actuar como un vago y ve a hacer algo.

—No soy un vago —corro las cortinas para observar el patio—. Estaba revisando documentos porque me obligas a ello.

—No te obligo, es lo necesario, no podemos confiar en nadie que no sea de nuestra sangre.

Y hablando de sangre...

Las tripas de la joven flotan en el agua teñida de rojo, el líquido de una piscina gigante que casi cubre la mitad del inmenso jardín. Ignoro los gritos de mi progenitora deslizando la puerta corrediza de vidrio, un par de agentes están parados cerca de las escaleras sin soltar sus radios, probablemente pidiendo refuerzos luego de que los hayan insultado.

Alek vino conmigo, aunque le pedí que se quedara en la cocina, no sé qué tanto le pueda afectar ver la escena ya que no me cuenta ni un detalle sobre su pasado, solo sé que es malo e involucra delitos similares. 

Pensándolo bien, cualquier persona decente se asustaría al ver un cuerpo despellejado en medio de sus órganos flotantes, la parte de su pecho está hundida como si la hubieran roto, quizás por eso es que se mantiene en el fondo.

Si es espantoso incluso para los profesionales, entonces ¿Por qué Eva está parada en el borde observándola sin pudor?

—¿Tú lo hiciste? —le susurro al oído.

—¿Me crees una asesina, hermanito?

Sí, sin dudarlo.

—No estás ni un poco asustada —comento examinando un mechón de su cabello, busco sangre—. ¿No te parece sospechoso?

Se gira al instante atrapando mi muñeca entre sus dedos, la aprieta con fuerza clavando sus uñas acrílicas en mi piel, el odio de sus ojos es el mismo de siempre acompañados de una nueva sonrisa hipócrita.

—¿Crees que puede asustarme? Crecí como la hija menor, no es la primera vez que vemos algo así.

—Anda, entonces ve a hacerte la ruda con la policía —me suelto de su agarre—. y arréglate ese violeta horrible del cabello, pareces una payasa.

—Ah, ¿sí? —se cruza de brazos—. No empecemos con recomendaciones, porque la primera sería estar en tu casa cuando, ya sabes, ¡Dejaron un jodido cadáver!

Un hombre vestido de negro con el logo de la policía en Drillfire se nos acerca, habla de cómo al revisar cada una de las cámaras que rodean nuestra mansión, las de dentro, además de algunos vecinos no hay resultados, absolutamente todas dejaron de funcionar treinta minutos antes de que encontráramos el cuerpo.

Nos pidieron permiso para entrar a las habitaciones en busca de pistas, otros procedieron a tomar fotografías u objetos de evidencia, aún no vaciarán la piscina. Mi madre se pone a hablar con el señor a cargo con su mejor voz de víctima, la verdad es que no les creo que haya aparecido de la nada.

—Van a entrar, cuidado que te descubren. —la molesto.

—Yo no la maté —espeta—, no me jodas ahora mismo.

—Eva, silencio.

—Si pudiera matar a alguien aquí, serías tú.

No se ve la cara de la víctima por su pelo negro liado en esta, el color de la sangre es muy intenso, un olor desagradable comienza a emanar haciendo que tenga que alejarme. Alek se queda viendo a través del cristal, más hombres armados y algunas personas con trajes especiales entran por la puerta, me alejo para ir a hacerle compañía, no me gusta que se quede solo.

As bajo la manga | RESUBIENDOWhere stories live. Discover now