2/3 de la maratón.
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La mañana había llegado y Daniela no había podido pegar un ojo dándole vueltas al asunto de que Poché la llamara "Cal". En cambio, María José había dormido, aunque ningún pronóstico pudiera dar por seguro que alguien en el estado en el que se encontraba pudiera dormir, ella lo había hecho.
Cuando Poché comenzó a despertar, Daniela decidió irse de esa cabaña, no estaba lista para enfrentarse a María José y explicarle que ella en realidad era una Calle. Con cuidado, evitando que Poché se diera cuenta, Daniela tomó su calzado y salió disparada de la vieja cabaña, dejando a María José despertar sola.
Los efectos del LSD ya habían terminado, la realidad golpeaba a Poché. Le hubiera gustado no despertar sola, pero así había sido y debía acostumbrarse, ya que su vida era bastante solitaria.
Levantó su cabeza con cuidado de la almohada para evitar algún tipo de mareos, una vez estuvo sentada, buscó con sus ojos su calzado, cuando lo encontró, se dispuso a ponérselos, mientras lo hacía, Mary llegó, tomándola por sorpresa.
—¿Por qué dormiste aquí?— cuestionó la anciana de inmediato.
—Buen día ¿no?— respondió la pelinegra buscando desviar su conversación, ya que no tenía una respuesta a sus preguntas, había olvidado algunas cosas de la noche anterior.
—Te hubiera dado los buenos días si hubieras despertado en la cabaña, así que explicate, ¿cómo llegaste aquí?
En ese momento, como por arte de magia, Luisa apareció detrás de Mary, había escuchado la conversación y decidió intervenir.
—Yo la traje, señora— dijo salvando a Poché de responder.
—¿A qué vinieron aquí? esta cabaña está clausurada.
—Queríamos estar a solas— dijo Luisa dándole a Mary la imagen errónea de lo que sucedió la noche anterior.
—Oh, okay, espero y se hayan cuidado— la mujer de más de cincuenta años salió de la cabaña pensando que Poché y Luisa tenían algo más que una amistad.
Las dos amigas se miraron y se carcajearon enseguida ¿quién imaginaría que ellas dos, amigas de casi toda la vida, terminarían acostándose?
Luego de esa conversación, ambas emprendieron su camino hacia el comedor, donde todos estaban sentados esperando por el desayuno.
Luisa se sentó junto a María José, quien se había sentado junto a sus compañeras de cabaña y alguna que otra persona del grupo. El desayuno transcurrió de forma tranquila, lo único que a Poché le pareció extraño fue no ver a Daniela, pero no le importó y siguió enfocada en tratar de comer sus tostadas y tomar su jugo de naranja.
Esa misma mañana se formaron unos cuantos grupos, algunos fueron a la playa a jugar al voleibol mientras que otros se quedaron jugando al fútbol.
María José y Daniela se quedaron ambas a jugar al fútbol, Poché lo hizo porque era algo que le apasionaba desde pequeña, Daniela se quedó porque quería estar cerca de Poché y analizarla para saber si de verdad ella sabía que su nombre era Daniela Calle y no Daniela Soto.
Poché estaba demasiado enfocada en jugar y en meter la pelota dentro del arco del rival, le había dirigido la palabra a Daniela solo para decirle que se moviera o que se la pasase, ella decidió desistir de jugar aquel deporte, no lo estaba haciendo bien, por lo tanto fue a sentarse a un banquito que había al lado de la cancha.
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loop
FanfictionUsar las drogas para escapar de la realidad provoca que, cuando los efectos desaparecen, sea más duro volver a enfrentarse con el problema, creando un bucle de autodestrucción que parece imparable.
