Kevin guardó silencio mientras meditaba sus palabras con cautela. Arrepentirse, o tomar una decisión errónea, era lo que más le asustaba de la situación. No se veía capaz de soportar perder a Hyunjoon; que la conexión que habían formado hasta ese momento se viera destruida por la atracción mutua que estaban sintiendo. Pero tampoco le gustaba que aquello se sintiese como algo prohibido.

Sintió a su madre vacilar un segundo. Quizás había notado que la intención de Kevin luego de ello, era simplemente dejarse envolver por el silencio, pese a lo incómodo que pudiese ser.

—¿Quién es la persona? —acabó cuestionando con cautela. Kevin carraspeó mientras evitaba con más empeño su mirada.

—Un... un amigo de la escuela.

—¿Es lindo?

Una sonrisa se le escapó, y entonces mordió su labio inferior para contenerla.

—Muchísimo.

Ella, apacible como siempre, le devolvió la sonrisa antes de ponerse de pie y acariciarle con cariño el cabello. Cuando su mano rodeó el pomo de la puerta, lista para devolverle la privacidad, se detuvo y giró hacia su hijo.

—Kevin. En verdad creo que deberías pensar bien sobre ello. Descansa, cariño.

—Buenas noches, mamá.

La oscuridad volvió a rodearle en cuanto la puerta se cerró de nuevo. Y su mente comenzó a dar vueltas sobre el tema recién discutido.

Hyunjoon era la primera persona que lograba hacerlo sentir de tal modo. Por supuesto que en el pasado se había sentido atraído por otras personas, pero jamás lograba (y si era sincero tampoco deseaba) establecer un vínculo que valiera la pena como para abrirse ante ellos. Nunca conseguía dar con algo que se sintiera real. Todo era vanal, así de sencillo. Pero lo de Hyunjoon... Lo que parecía seguía formándose con él, era indescriptible. Le gustaba. Y le gustaba tanto que comenzaba a causarle cierto miedo.

Pero de acuerdo. Kevin decidió pensar bien las cosas antes de hacer algo bobo.

[...]

—¿Tienes tiempo libre, Kevin? Quiero hablar contigo.

Estaban parados en medio de las escaleras, con la mirada fija en el otro. En los ojos de Hyunjoon había convicción, en los de Kevin sorpresa.

La noche anterior había sopesado con demasiado cuidado las cosas. Y pese a ello no sentía haberlas analizado lo suficiente. Por lo que su repentino encuentro con Hyunjoon lo hizo sentirse desprotegido, aunque su idea inicial, pese a que evitase pensarlo, desde un comienzo había sido buscarlo.

—Claro. ¿Sucede algo?

—¿Te parece si hablamos en otro lugar? —Kevin asintió; le pareció razonable la propuesta puesto que hablar en un lugar donde parecían estorbar, no era la mejor opción— Vamos.

Hyunjoon dio media vuelta y bajó las escaleras con calma, al contrario de Kevin que de repente se había vuelto tan torpe al andar. Pero el caminar tras él, exento de su vista, alivió sus nervios de cierta manera.

Se dirigieron hacia la gran cancha hallada un poco más allá de la cafetería. Era la hora del descanso, por lo que esa parte no se encontraba en uso, y pese a que la mayoría de los alumnos se encontrasen desparramados por todos lados, no parecían una amenaza a su privacidad.

Hyunjoon se detuvo junto a la canasta de básquet, se recargó en el tubo, y su intento de verse relajado fue demasiado evidente, pero fue aún más obvia la tensión que traía consigo desde que se toparon por accidente en las escaleras. Kevin se sintió mal por ello. No quería que Hyunjoon estuviera incómodo a su lado.

Las reglas de cupido [Kwall/Jujae]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora