—La vida es efímera  y se escapa de nuestras manos como si fuera arena saliendo por las rendijas de nuestros dedos y en la vida lo único seguro es la muerte, porque para morir nacimos. Pero Dios nos da otra vida llena de oportunidades y alegrías, por eso tengan fe, porque aunque hoy lloremos la muerte de Elizabeth mañana puede ser que nos volvamos a ver en el paraíso. Que la paz de Dios esté con ustedes y que sea Dios mismo el que les dé las fuerzas para superar esta partida— el padre termina y los hombres de la funeraria proceden a bajar el ataúd con el cuerpo de Elizabeth.

Con ella se va un pedazo de mi y cada granito de arena que le echan entierra mis sueños y mis esperanzas.

¿Como podré vivir ahora?¿Como volveré a respirar sin que me duela el hecho de que ella ya no lo hace?

Es que es tan facil morir que no entiendo para que estamos vivos, ¿cual es el propósito de vivir si al final todos moriremos?

Ahora solo quiero desaparecer del mundo, dejar de respirar y dejar de vivir para reencontrarme con Elizabeth en algún lugar, pero es que soy tan cobarde que no quiero acabar con mi vida porque sé que no iré a un buen lugar, las personas como yo van al infierno por destruir vidas mientras que las personas como Elizabeth van al cielo por intentar salvarlas.

Nery se me acerca y me da palmadas en la espalda como si eso solucionara las cosas.

—Lo siento mucho Les— susurra Nery en medio de lágrimas.

—Yo también lo siento Nery— respondo limpiándome las lágrimas que se me habían escapado— yo también lo siento.

El ataúd queda enterrado completamente y yo me dejo caer de rodillas mirando hacia el suelo.

—¿Por qué te fuiste Elizabeth? ¿Por qué?— lloro arriba de su tumba haciéndome la idea de que ya no podré abrazarla, ya no podré escuchar su voz nunca más.

Nery pone flores en la tumba y el alma termina de abandonar mi cuerpo, ya no entiendo nada y solo quiero acabar con tanto dolor.

Me levanto del piso y en medió de sollozos me dirijo a donde está el taxi esperándonos, Nery culmina algunos detalles y después en silencio se sube al auto.

—Llévanos a la universidad de Wisconsin— pide Nery.

—A mí me deja en el bar que está cerca de ahí— ordeno limpiando las lágrimas que se me han escapado, ya es suficiente, ya llevo dos días llorando desconsoladamente dia y noche y sé que eso no soluciona nada.

—Lesly, no debes tomar alcohol en este estado— habla Nery y la ignoro totalmente.

Si bien no me dejan en el bar, en mi cuarto tengo las botellas de coñac necesarias como para acabar con este dolor y el dolor de todo el mundo.

                      *        *        *

Minutos despues estamos en el campus, en el mismo campus donde Elizabeth y yo entramos un día llenas de sueños, metas y esperanzas.

Por inercia salgo del auto y le lanzo los billetes al conductor, sin titubear camino por los pasillos del campus ignorando a todo el que me da las condolencias y subo rápidamente a mi habitación, cuando estoy a punto de cerrar la puerta de mi habitación una mano me lo impide, Nery entra a la habitación y cierra la puerta detrás de ella.

La ignoro y saco de mi clóset una botella de coñac que abrí esta mañana y le doy un trago grande disfrutando del ardor que baja por mi garganta.

—¡¿Que haces?!— exclama Nery alterada— ¡El alcohol está prohibido aquí y te pueden hechar del campus por eso!

—¿Crees que me importa?— pregunto mirándola.

—Pero es que además llevas días que no comes nada Lesly, esta vida que llevas va a terminar matándote.

Ahora me tiene lástima, porque siempre provoco eso en las personas, siempre soy la víctima del cuento cuando en realidad me considero victimaria.

—Es lo que intento— me siento en la cama apoyándome en la pared y continuo— Si vienes aquí a decirme lo que tengo que hacer, te aviso que puedes largarte— culmino señalándole la puerta.

Nery me mira y suspira, despues se sienta en la cama de al frente y tiende la mano para que le pase la botella.

— Creo que hasta yo lo necesito—  murmura Nery avergonzada, le paso la botella se da un trago hondo y vuelve a pasármela.

Así pasamos el día entero, Nery intentando animarme y las dos tomando como si el mañana no existiera.

Ojalá que sea verdad y que el mañana para mí no existá nunca más, ojalá que mañana de repente yo no pueda respirar y que al fin el dolor cese, que al final yo pueda dejar de sentir, dejar de sufrir y dejar de vivir, y así creo que el mundo será un lugar mejor.

INESTABLES (EN EDICION)Where stories live. Discover now