Capítulo 11

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La verdad [1/? ]

Era el bebé más precioso de la historia. Eso era lo que significaba para Seokjin. Su precioso cachorro Yoongi, envuelto en una frazada diminuta, de color azul cielo. Con la carita descubierta, con la piel completamente blanca, con una nariz de botón, con unos ojos grandes y brillantes, como un par de canicas negras que habían sido pulidas anteriormente. Y con unos cabello completamente negros, delgados, que lucían sobre su cabeza como si hubieran sido bañados por el carbón más puro.

-Hola, bebé.— El pequeño Jin le tomó entre sus delgados brazos, estirándose un poco, pues la cuna era demaciado grande para él.— ¿Cómo estás?

El pequeño cachorro le miró atento. ¿Ese pequeño Omega le estaba protegiendo? Porque siendo sinceros, aquel Omega aún era muy pequeño, podías acercarte a su cuello y oler un ligero olor a leche, y no era precisamente porque acababa de tener a un cachorro, sino más bien porque Jin aún era lo era, el olor a cachorro aún se sentía en su cuerpo. Y sin embargo ya estaba empezando en aventurarse en el mundo de la maternidad hace poco más de tres meses.

Porque desde hace una semana que Jin había sido dado de alta. El parto se le había complicado, y el padre Alfa del niño hizo todo para dejar en claro que quería la mayor atención del mundo hacia el pequeña Jin, quien aún siendo un cachorro, estaba trayendo al mundo a otro cachorro.

Y cuando tuvieron al pequeño Yoongi entre sus brazos, se sintieron los más afortunados del mundo. Jin estaba tan enamorado de su hijo, y Siwon no podía sentirse más orgulloso de tener a su descendencia ahí con él.

Y cuando a Jin le tocó aprender improvisadamente un poco de maternidad, no pudo evitar llorar al intentar cambiar el primer pañal de su hijo. Se lamentó de inmediato por no tener a una madre que estuviera ahí a su lado, diciéndole y mandándole, aconsejándole el cómo debía cargarlo, cómo debía alimentarlo, cómo debía bañarlo, cómo debía cambiarlo, cómo debía dormirlo. O tan siquiera, tener a su padre ahí presente, que le mirara con orgullo en los ojos, y que le dijera que le iba a apoyar en todo lo que necesitara. Pero ¿cómo?, ¿Qué padre miraría con orgullo a su cachorro que acababa de tener otro? ¿Su padre se mostraría orgulloso de él por haberse convertido en papá a tan corta edad? Era seguro que no, y lo hizo sentir pésimo.

Pero los sentimientos malos se fueron al instante, cuando presenció por primera vez, a su Alfa, Siwon, tomando en brazos a Yoongi. Aún lo recordaba. La forma en la que las manos del Alfa temblaban, y que tomaba al cachorro con tanto miedo, como si temiera lastimarlo con tan si quiera tocarlo. Y la forma en la que miraba al cachorro con lágrimas en los ojos, como si ya tuviera en las manos algo que había esperado por tantos años, y que ahora estaba ahí, como un delicado bulto de amor, con los ojitos cerrados, con la boquita abierta, buscando el pezón de su madre.

Y caminó hacia la cama matrimonial con su cachorro entre sus delgados brazos. Se subió a la cama y recargó su espalda en la cabecera de esta misma mientras se permitía apreciar los oscuros y brillantes ojos de su cachorro.

-Aún no puedo creer que seas tan bonito.— Le habló Seokjin con un tono de voz dulce, mientras quitaba los cabellos necios que se colaban sobre la frente de su bebé.— Algo tan bonito como tú no debería estar permitido. Podrías matarme con solo dejarme mirarte.

El cachorro entre sus brazos soltó un fuerte suspiro y cerró los ojos acurrucándose sobre el pecho del Omega. Seokjin sonrió, mientras empezaba a arrullarle y le tarareaba una bonita canción.

Entonces la puerta se abrió, y una bonita sonrisa se formó en el rostro del Seokjin cuando percibió bajo el umbral de la puerta a su Alfa, que suspiró al mirarlo y le sonrió tranquilamente. Cerró la puerta a sus espaldas, y se encaminó hasta la cama para sentarse junto a él.

Excape [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora