𝐗𝐈𝐈𝐈

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"¿Crees que me rendiría? ¿Qué esto pudo quitarme las ganas de amarte?"

"Mi vida fue una tormenta desde que nací ¿Cómo podría temer a cualquier huracán?"

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FRANCESCA - Hozier. 

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Las revistas adolescentes serían, probablemente, algo que jamás entendería. 

"Cinco pasos infalibles para conquistar a un chico". Wanda miró la revista con decepción. 

Al inicio pensó que no podría ser tan malo. Pero, entonces ¿Por qué siempre lo arruinaba todo?¿No se suponía que esos pasos serían cien por ciento exitosos? 

Bueno, quizá algún día lo entendería. 

Cerró la revista y como si los diez dólares que hubiera invertido en ella no fueran nada y la desechó sin más; dejándola caer dentro del bote de basura.

Luego de la vergüenza del día anterior, prefería pasarse la tarde comiendo o viendo alguna película sin sentido, intentando no cruzarse con él. «Evitar, evitar, evitar» con la misma voluntad férrea en la que evitaba a visión, que, por obra divina no estaba persiguiéndola. 

Sin embargo, la suerte era algo que en su vida era casi inexistente, y cuando lo vio entrar a la cocina tan natural y si quiera sin darse cuenta, hizo lo primero que se le vino a la cabeza, aprovechando su distracción.

Se recostó de lado sobre la encimera haciendo su mejor movimiento, intentando parecer esas modelos de portada de revista que posaban con naturalidad. Colocó una mano sobre su cadera y la otra en su cabeza ajustando su postura tan bien como pudo.  Aclaró su garganta, y él por fin reparó en ella.

Aparentemente, Bucky no la había visto. Wanda olvidó que tenía la mirada de un águila y desde hace un buen rato la observó colocarse con el lateral de su ojo izquierdo. 

Bucky se acercó aparentando fruncir el ceño, mirándola con extrañeza, pero ella parecía más absorta en otra cosa. Tal vez, como venía pensando, fingía teniendo la vaga idea de que había olvidado su pequeño espectáculo de ayer por la mañana. 

—¿Te has desviado la columna o algo parecido?—preguntó inocente. 

La vergüenza subió al rostro de Wanda y se sintió ofendida y ridícula. 

—¿Disculpa?—chilló—¡Claro que no!

—¿Segura? Se ve doloroso.

—No puede ser.—murmuró sintiendo la vergüenza mezclada con el enojo—. Me largo. 

—Oye, niña. Un momento.— pidió regresándola junto a él, envolviéndole los dedos alrededor del antebrazo. 

Él debía de parar de hacer eso. Wanda sentía que perdía cada vez más valor...o dignidad. 

James se acercó lo suficiente como para apreciar las pecas en su rostro, pero a conciencia, asegurándose de que ella esté en perfectas condiciones. Cosa que hizo que Wanda se alarmarse en el momento en que sus manos tomaron su rostro con familiaridad.

—Estoy bien James.—consiguió murmurar. 

Eso causó algo en él, tal vez por la forma en como pronunciaba su nombre. Tan suave...

De por sí lo odiaba, la mayoría en ese complejo usaba su apellido. A veces por su apodo. Casi nunca por su nombre...A menos que sea una cuestión muy seria y ni aún así, pero ella lo hacía sonar natural. 

Love You MADLYOnde as histórias ganham vida. Descobre agora