Capítulo 19.-Sospechas y confirmaciones.

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Alexia Warren.

Ayer llegamos de la playa, ha pasado exactamente una semana desde que hablé con mi hermano, el cual se encuentra en el reino junto con mis padres.

Veo como Deyna entra al cuarto donde me encuentro junto con Alisa y tranca la puerta de un portazo, para luego pararse frente a nosotras con los brazos cruzados y una mirada de reproche.

—Ya me cansaron las dos...—Dijo con todo preocupado y a la vez molesto.—Se van a levantar ahora mismo y vamos a ir a un doctor. Ya tienen un buen tiempo así.

Tanto Alisa como yo llevamos más de una semana con vómitos y dolores. Los chicos están preocupados y no es para menos, así que asiento hacia Deyna dándole a entender que iremos al médico.

Me levanto con intenciones de ir al baño, pero al hacerlo casi caigo al suelo de no ser porque tenía la cama detrás. Al instante sentí una corriente recorrer yodo mi cuerpo y luego debilidad. Deyna y Alisa me miraron preocupadas, con gran esfuerzo me ayudaron a llegar al baño y puse a llenar la bañera.

Los chicos no se encontraban, estaban en una reunión con el consejo y dijeron que no volverían hasta la noche.

Al estar llena la bañera, entré poco a poco dejando sentir la calidez del agua contra mi piel, ayudando a relajarme y recargar fuerzas. Al terminar de bañarme, me seque el cuerpo con una toalla y apliqué crema hidratante, me coloqué mi ropa interior y me vestí con unos shorts y una camisa algo holgada, algo de maquillaje, peiné mi cabello y luego estuve lista.

Cuando salí del baño, entró a mi habitación Alisa ya lista también.

—Bueno...—Dijo Deyna levantándose de la cama.—Alexia, colócate zapatos y andando.

Yo le hice caso y en nada estábamos ya en el auto en dirección al hospital de la manada. Al llegar y estacionar el auto, entramos y nos atendieron inmediatamente.

—Luna, señora Alisa, señorita Deyna.—Nos saludó a cada una e hizo una reverencia.—¿En qué las podemos ayudar?

—Hola, preciosa. Necesito hablar con un doctor, mis amigas no han estado muy bien.—Dijo Deyna.

—Inmediatamente, pasen por acá.—Dijo algo preocupada. Nos condujo por un pasillo hasta llegar a un consultorio, tocó la puerta y de ésta salió un humano ya mayor, de unos cuarenta años podría ser.—Doctor, la luna y la mujer del beta no se sienten bien. Solicitan ser atendidas.

—Oh, Luna.—Hizo una reverencia.—Pasen, por favor.

Al entrar en el consultorio nos hicieron sentar en una camilla, al comentarle nuestros sintomas, el doctor dijo creer saber lo que teníamos pero quería confirmarlo, así que nos mandó a hacer unos exámenes. Cuando estos últimos llegaron, el doctor los abrió con lentitud y cuando al fin los leyó nos sonrió dejándonos en total suspenso.

—Diga ya... ¿Qué es lo que tienen?—Dijo Deyna con desesperación.

—Luna, señora Alisa. Me es grato informarles que están embarazadas. Tienen dos semanas y medias de embarazo.—Dijo sonriendo y entregándonos a cada una los exámenes.—Felicidades, las dejo solas.

—¡Lo sabía!—Gritó Deyna y nos abrazó.

Alisa se puso a llorar de felicidad, pues ella y Malcom estaban en busca de un segundo bebé. Sin embargo, yo seguía en shock. No me disgustaba la idea de tener un bebé, más bien, era maravilloso, pero me aterraba no ser una buena madre.

Más allá del bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora