Eres bonito

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El sol entraba por la ventana, un hermoso día se encontraba afuera, la gente de la calle apurada sin tiempo de apreciar el bonito día que tenían frente a sus ojos.
En su bella y suave cama se encontraba Yeosang, durmiendo plácidamente, abrazando un peluche de perrito.

- Yeosangie, despierta hijo mío, el día ya comenzó

- No quiero...

- Pero debes levantarte, mi cielo, debemos abrir la florería, ya dormiste mucho tiempo, por fin puedes salir y disfrutar de este bello mundo, aprovecha hijo mío, vamos, es un hermoso día

- Pero no quiero padre, la gente me mira raro cuando te digo padre, pareces mi hermano... Odio eso, yo quiero llamarte padre, porque eso eres - Yeosang abrió los ojos y lo miro triste

HongJoong suspiro - Lo se hijo... Pero sabes que me puedes decir papá cuando estamos aquí en casa y solo, la gente no debe saber que somos dioses, sino nos harán daño, las gente de ahora no es como la de antes, ellos ahora son mucho más crueles y quieren hacernos daño.

- Pero no todos son así - este suspiro.- está bien me levantaré y me vestire para ir a la tienda contigo

- Ese es mi bebé, vístete rápido que el desayuno ya está hecho y no quiero que se enfríe tu café

Yeosang sonrió plácidamente, amaba mucho a su padre y por fin poder salir al mundo y disfrutar de nuevo momentos con el, era gratificante.

Siendo Yeosang un dios muy poderoso debía tener mucho cuidado y no cometer los mismos errores del pasado, el sabía muy bien que los dioses lo podían reconocer, estaba bastante conciente de que estos estaban en la tierra.
Si se llegan a enterar de su existencia, los nombrados lo presentarían al cielo y al mundo, lo reconocerían como el dios de la destrucción, su cara sería vista por todos los dioses, menos por los seres humanos. Este quedaría expuesto, lo separarían de su padre para cumplir su deber como dios, debía mantener el equilibrio de la tierra. Obviamente Yeosang no quiere saber nada de estar lejos de su padre, es lo único que tiene en esta vida y lo único que conoce.

Nunca supo de la existencia de su otro padre, tampoco le importaba mucho, este abandono a su padre por un capricho, dejándolo solo con un hijo en el vientre.
Yeosang nunca se lo perdonaría, era su destinado y el lo dejo a su merced.

Yeosang no es rencoroso, claro que no, era un pan de las estrellas, la cosa más buena que el mundo puede tener. Pero su poder era el problema, ser tan bueno le trajo problemas y nublo su juicio. Tal vez en el pasado cometió muchos errores, pero esta vez no dejaría que su mente le juegue sucio y trataría de ser un dios distinto y ser más normal.

Si bien estaba agradecido del don que recibió, le parecía injusto, el no quiere hacer daño a nadie, el ama mucho al planeta tierra y a sus habitantes aunque estén llenos de maldad, el sigue creyendo que pueden cambiar.

Una vez los dos terminaron de desayunar ya estaban abriendo la tienda, un hermoso día para comprar varias plantas, la primavera está cerca, pronto las flores darían paso a sus hermosos pétalos y espléndidos colores que decoraran los campos y la cuidad, los árboles tomarían ese verde intenso que daba un poco de vida entre tantos edificios apagados y de color gris.

Yeosang atendía a la gente con una hermosa sonrisa, muchas chicas le entregaban su número con la esperanza de que algún día este le mandarán mensaje o simple coqueteaban con su padre, a Yeosang le causaba mucha gracia, quería ver la cara de todas las chicas al enterarse de la verdadera edad de los dos y que son padre e hijo.

Por suerte a la mitad de la mañana las cosas se calmaban un poco, era lindo ver cómo su padre hacía que las flores o plantas sin vida volvieran a su color natural y desprendan esa energía que es de tanto agrado.

Un cliente entro a la tienda, bastante alto, con una sonrisa que te hacía pensar "Que chico tan amable, de seguro es un pan de dios"

— Buenos días joven — Le hablo a yeosang.— Ando buscando unas flores especiales para una amiga que ama mucho las plantas, pero vive en un departamento y cosas tan grandes no puede tener

— Muy buenos días — este sonrió.— Veo que no tiene mucho conocimiento sobre flores, pero venga, le mostraré una hermosa flor potente — este salio del mostrador para dirigirse a la sección de flores.— mire, estás flores se llaman pensamientos, florece en los meses fríos, cuando llega la primavera son las primeras en aportar un bello color al ambiente, son bastante fácil de mantener e incluso puede mantener su tamaño — Este agarró una maceta con la flor y se la extendió

— ¿Cómo es posible que seas hijo de Mingi? — este lo miro extrañado.— No sacaste su altura, tienes el carácter de tu otro padre...

— ¿Qu-Qué estás diciendo? — Yeosang lo miro asustado

— Tienen ciertos rasgos, los ojos casi iguales a los de Mingi — este agarró la mandíbula de Yeosang y la levanto.— casi saliste con la nariz de el... En tus ojos puedo ver a la reencarnación de Mingi y HongJoong...

— Po-por favor, sueltenme — Yeosang quería correr y ocultarse tras su padre

— No debes tener miedo, jamás te haría daño — miro a Yeosang de arriba abajo.— Si te sigues alterando así, tu poder se descontrolara

Yeosang no lo pensó dos veces y empujó la mano del desconocido lejos de su rostro, el sonrió — Déjame adivinar, destrucción ¿No?

Yeosang se alejo lo más que pudo de el, lo había lastimado con sus poderes — Hong... ¡PADRE! — Este grito lo más fuerte que pudo y se escondió detrás de unas plantas

HongJoong bajo lo más rápido posible para averiguar porque su hijo había pegado semejante grito — Yeosangie, cielo ¿Qué suce... — Se quedó callado al ver a yunho parado frente a unos metros de su hijo

— Hola HongJoong, tanto tiempo.

Inmortales (MinJoong)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant