—¿Entonces cuatro de ustedes lo saben? —preguntó SiWon sobando su frente.

—No alcancé a decirle a RenJun. Solo Kun, DeJun y KunHang están al tanto. —explicó ZiTao.

—Bien.

La sala se sumió en silencio. TaeYong fue al lado de DoYoung, sentándose cerca mas sin tener un contacto directo. A diferencia de él, Kim no necesitaba palabras o caricias de consuelo, su sola presencia le bastaba para empezar a calmarse. Tenían una relación extraña. No sabía si se amaban o no (de ser así, sería muy raro pues nos es difícil sentir algo tan fuerte como el amor), pero sí había cierta dependencia. Se necesitaban, todos lo podían ver.

—Kun, dinos qué pasó.

El brujito peligris estaba junto a Tao, parado derecho y dispuesto a contar todo.

—Hace un tiempo, específicamente el día de la fiesta de los Lee, tuve una visión. Se presentó como un sueño, y fue de las más fuertes que he tenido hasta ahora. No recordaba mucho, solo algunos objetos y sensaciones. Copa. Anaranjado. Rosas. Diamantes. Frío. —enumeró con los dedos, pasando su mirada entre todos los presentes— No hallaba la relación entre todas esas palabras, pero tenía un mal presentimiento. Al inicio no le hice caso, una visión muestra lo que ocurrirá en unos meses, incluso años, así que mi razón me decía que no había de qué preocuparse.

Hizo una pausa, quizá para ordenar sus ideas y calmarse un poco. Escuchaba el fuerte y rápido latir de su corazón revelando su nerviosismo, y sabía que todos los demás también lo oían.

—Pero como ven, sí que era algo a lo que debí prestarle más atención. La primera palabra en hacerse realidad fue el frío, ya saben por qué.

Inevitablemente, mis ojos fueron hacia DeJun, viéndolo encogerse un poco ante la atención. No sabía por qué se había descontrolado, pero sin duda lo averiguaría de una forma u otra.

—Luego fue el cabello anaranjado de DongHyuck. No sé cómo pasó, pero no tengo recuerdos de su cabello hasta la aparición de Mark.

Empezaba a apestar a ira. Esos lobos debían calmarse si no querían alterarnos, o peor aún, llamar al tal Mark. Por lo que había escuchado, su padre se alimentaba de eso, así que era lógico que él también pueda hacerlo.

—Lo mismo pasó con los diamantes. Estuve hablando desde el inicio con TaeYong, pero en ningún momento noté la gargantilla que traía. No hasta la llegada de JaeHyun.

TaeYong pasó una mano por su cuello. Sus ojos agrandándose un poco ante la mención de Jung. Un acto sospechoso, mas decidí ignorarlo.

—Y no fue hasta hoy que pude ver la copa. Había ido hacia el jardín sin ninguna razón de por medio, fue un simple impulso. Encontré a DoYoung ahí, tomando de una copa. Me alteré, y fue peor cuando noté los rosales. Quise que entrara conmigo, pero fue tarde. El otro semi demonio ya había llegado.

—¿Cómo era? —preguntó JongIn ya más centrado, lamentablemente.

—Cabello negro y piel blanca con cierto tono grisáceo. Medía 1.70 o cerca. Pero sus ojos son lo más fácil de identificar.

—Azules y brillantes.

DoYoung habló por primera vez desde que llegamos. Miraba directamente a SiWon, con algo de desespero en sus ojos.

—No es como los otros dos, él es más fuerte. Más inteligente, más ágil. Mark Lee parece humano, Jung solo tiene esa palidez sobrenatural, pero él es totalmente diferente.

—¿Les dijo algo?

—Tiene un nombre tailandés, pero nos dijo que podíamos decirle Ten. Insistía en ver a Jung y a Lee, nos obligó a llevarlo.

Tenebris Where stories live. Discover now