Toda su vida, Amity se la pasó bajo las estrictas órdenes de sus poco amorosos padres. Si a eso le añadimos un tóxico ambiente escolar, sabremos un poco más del porqué se enamoró de la bonita, ingenua e idiota novedad humana: Luz Noceda.
Las chicas...
Al instante, las luces del salón se apagaron, y un reflector en específico se encargó de apunta a la morena.
Luz solo alcanzó a esconder el rostro entre sus manos, y sonrojarse tras las palabras de Emira. Para ella, una cosa era derrotar un monstruo de pesadillas en nombre de Amity sin dudar o ponerse nerviosa, pero otra cosa son los silbidos/halagos por parte del público.
Los "eres genial Luz", "eres mi ídola", "te amo", llenaron todo el salón. Nunca había sido tan popular en su vida.
Eda veía orgullosa desde las gradas lo bien que le iba a su aprendiz en la escuela. La aceptación fue extraordinaria pese a sus habilidades y orígenes diferentes.
Amity se encontraba al lado de una tímida Luz, y su rostro denotaba de agrias expresiones denotaba molestia por la situación, sintiéndose levemente celosa de que una gran multitud halagara y gritara cosas muy "simpáticas" a su crush. Además, leyó las expresiones de su hermana, se le notaba nerviosa y apurada por alguna razón. Y una Emira nerviosa no es, ni será una buena noticia. Quién sabe lo que se le escapará decir.
Emira seguía alabando a Luz y contando anécdotas que vivió junto a ella, algunas inventadas, solo quería ganar tiempo para que Amity viera a Edric, que desde un rincón le hacía mímicas con ilusiones, para que abrace a Luz y la lleve cargando románticamente al centro de la pista, pero la menor estaba tan exhorta en su caos mental, que de plano ni le prestó atención.
El hermano mayor se rindió tras ver que Amity estaba perdida en sus pensamientos, con un movimiento de manos avisó a su gemela, que continúe presentando a la menor
—Y por el otro lado... "Redoble de tambores". Tenemos mi genial, ingenua, torpe y uhmmm a mi hermanita. Sí ella.
El ambiente se quedó en completo silencio, los alumnos se quedaron viendo fijamente a Amity, quién solo pudo esconderse detrás de otra avergonzada Luz.
— ¡Mittens, sí! Ese es su nombre.
Emira no quería dar tantas características de la menor, pero que el no haber ensayado y la fija mirada de una molesta Amity "Te quemaré toda la maldita ropa" Blight la hicieron entrar en pánico.
—B-Bueno, me callo. ¡Y ustedes dos! —exclamó Emira, señalando a la parejita en medio del salón—, pueden empezar con la ceremonia de cierre, bailen o yo qué sé, no es cómo que hayan preparado una elaborada coreografía.
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El potente inicio de la canción tensó por completo todos sus músculos. No sabía como reaccionar frente a toda la susurrante multitud. Pensó en rechazar el baile si fuera con otra persona, total, solo era un baile, pero era Amity quien estaba frente a ella... Tan bonita y radiante, que las palabras salieron automáticas de su boca.
— ¿Amity, quisieras... bailar conmigo? Digo, puede que no sea yo con quien pensabas bailar esta noche... pero si lo hicimos una vez, ¡podemos hacerlo otra!
