Significas bastante para mí. Mucho más que estas pocas palabras que a penas pude seleccionar en esta carta, solo quise estar a tu lado de la manera más egoísta que existía. Y me quemé en el paso. Es como si quisieras salvarme de mi propio desastre, de mi propio murmullo, y al cabo te terminaste quemando conmigo.

¡Se egoísta por favor! Aunque te dija que te ame escondete de mi, por que no somos el uno para el otro, si como amigo primero te hice daño, no quiero tener tu corazón entre mis manos, y siendo él egoísta que soy lo echaré a perder.

Quiero estar a tu lado, pero prefiero que huyas de lo que soy yo. Me preocupas tu. Me da miedo no escuchar tu risa ni ver tu sonrisa, son recuerdos que los atesorare. Tu eres un sueño entero Domenica, vales demasiado para un gilipollas que soy.

Eres divertida.

Sigue sonriendo.

Yo miraré la luna por ambos.

El basquetbolista y la bailarina.

Perdón por ser tan cobarde. Me das fuerzas, sin embargo, me enrollo en una esquina con miedo a tu. Gracias por esa linda amistad que me ofreciste. Por esas peleas sin sentido sobre las gaseosas, sobre lo ridículo que era para ambos jugar el piso es lava en plena calle, y quizás agradezco a tu pequeño corazón por armarme un espacio ¡Es broma! No es un tal vez, es un sincero agradecimiento.

Liam... él también tiene muchas que decirte. Más que yo. Él es sincero. Solo escúchalo, se lo testaruda que sueles llegar a ser, aunque vale la pena lo que él tenga que decir.

Sabes. Me gustas mucho. Me avergonzaba reconocerlo. Así que lo diré orgulloso cuando me suba a ese barco. Mirando al azul del océano gritare a lo desquiciado lo cuanto ne gustas.

"Me gustas Señorita fresa, me gustas demasiado" algo así va mi frase. Solo espera que el océano se avergüence de lo que siento, de lo maravilloso que significaba para estar a tu lado.

Dome... Te amo. Te amo a tal grado de que no quiero lastimarte más... me gusta cada cosa de ti. Todas tus facetas, desde la más madura hasta la más infantil.

Eres... eres para mí. No. No, es una cruel mentira.

Gracias por correr conmigo intentando escapar de aquella sombra.

Es hora de despedirnos.

Adiós Mejor amiga, adiós señorita  fresa y adiós a la que ame de la manera más errónea y hermosa posible.

Te sigo amando hoy y lo haré mañana.

Te lo prometo.

—Yo también...  yo también ¡Yo también te amo!

Dejo la carta en la mesa de medicamentos con la melancolía plasmada en su rostro.

—¡No te vayas Allan! ¡escúchame, yo, antes de...

—Allan ¿ya lo hiciste? Papá quería decirte un par de cosas además Pedro esta que me bombardea con mensajes —Topo su hombro arqueado la ceja —No creo que sea lo correcto esto. Estas siendo cobarde y un egoísta de nuevo Allan.

¿Y si te digo que te extraño? [EN REVISIÓN]Where stories live. Discover now