Namjoon ama viajar, cualquier atisbo de aventura y descubrimiento basta para que empaque maletas y emprenda vuelo, el turno esta vez es para Rumania en donde encontrará más que recuerdos y souvenires; cuando el pasado le habla y busca salir a la luz...
Namjoon llegó en medio de la torrencial lluvia a una pensión a algunas cuadras de la estación de trenes completamente empapado, un amable anciano le dió una habitación y cayó profundamente dormido después de haberse puesto una camisa y un par de boxers secos.
Cuando despertó eran más de las 10 y se sentía cómo nuevo, sabía que tardarían al menos un par de días en solucionar el derrumbe así que porqué no explorar la ciudad que se abria ante el como una flor en primavera lista para que descubriera sus secretos. Pagó por una par de noches en la pensión y salió a explorar, la ciudad parecía sacada de un cuento gótico y sus empinadas e intrincadas callejuelas le recordaba un poco a Game of Thrones pero aterrizó en la historia, la de verdad que rezumaba por cada rincón de la pintoresca Sighisoara.
A eso de medio día llegó a una calle sobre la cual se alzaba de forma imponente una iglesia sobre una colina, no supo explicarlo pero un escalofrío recorrió su espina dorsal sin embargo su hambre pudo más y se metio a comer en un sitio de tapas, su viajero interno reclamó por no comer algo local pero su hambre era mayor. Después de saciarse volvió a la calle y miró de nuevo a la iglesia y empezó el camino cuesta arriba de la colina, en la base tomó un descanso y antes de echar a andar por la escalera cubierta que daba a la cima, vio un mapa de turismo que indicaba la existencia de un edificio anexo y una escuela, sin más empezó a subir el empinado túnel de madera, Namjoon siempre se maravillaba de estas encantadoras ciudades amuralladas en dónde las iglesias estaban resguardadas en las zonas más altas o alejadas para protegerlas de invasiones, cómo si la iglesia misma no hubiera invadido y saqueado a su antojo por el mundo, sonrió irónicamente y continuó su camino.
Al salir de la estructura no pudo evitar tomar su cámara para hacer fotos de la imponente vista de la ciudad y del túnel de árboles cuyas hojas de colores empezaban a crear un tapete multicolor que hacia el lugar aún mas bello; Namjoon era ateo pero el arte de las construcciones antiguas particularmente de las iglesias y los templos lo fascinaban el arte no tenía nada que ver con la religion en su opinión, recorrió la iglesia y al salir por una puerta adjunta encontró un pequeño cementerio de lo más curioso, empezó a caminar entre las tumbas y se dio cuenta que tenían nombres coreanos en ellas lo cuál no le extrañó teniendo en cuenta que algunas familias coreanas habían migrado a Europa en los años 20 y se habían asentado en Rumania, Hungría y Bulgaria, el lugar estaba demasiado silencioso, tal vez manteniendo el reposo de aquellos que habían luchado durante la primera guerra mundial.
Su mente voló a la información que tenía y caminando distraídamente tropezo con una lapida de mármol negra con información muy particular, en ella había dos nombres:
Park Jimin 1916 Kim Taehyung 09.1917
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Kimchicitooooossss aquí una nueva, cortita entrega de esta historia. Espero que les guste. Picos de Namjoon daddy en las fotos de Samsung.
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